Gral. Omar Torrijos Herrera

Conmemoración del 42 aniversario de su muerte

Miguel Montiel-Guevara

 “No conocí al Gral. Torrijos personalmente, solo de pasada. En recuerdo de su memoria traigo unos párrafos de mi libro autobiográfico Nostalgia Azul.

El Proceso*

 

(…) El 16 de diciembre de 1969 empezó así la “era torrijista”, que unos llamaron simplemente “proceso”, otros la calificaron de «revolucionaria», pero el propio Omar Torrijos la llamaba “revulú”, me confío Chuchú Martínez.  El Partido Comunista le dio su “apoyo crítico”. Antes que él la casi totalidad de la dirigencia estudiantil de la Federación de Estudiantes de Panamá y de la Unión de Estudiantes Universitarios, en su gran mayoría miembros de ese partido, se había volcado de lleno a favor de Torrijos. (…)No podía ser de otro modo: Torrijos se envolvió en la bandera de la lucha nacionalista por la soberanía total panameña en la Zona del Canal haciendo suya la reivindicación histórica del movimiento estudiantil (…) la inserción en el círculo íntimo del general Torrijos del polifacético intelectual “Chuchú” Martínez ayudó a ir cambiando el rostro del golpe militar del 11 de octubre (…) Ricaurte Soler, principal historiador marxista del país demoró más en manifestar su apoyo al proceso torrijista, que calificó como potencialmente portador de expectativas propias de un “bonapartismo revolucionario”. Gran parte de la izquierda se sumó (…) otras personalidades consideradas como progresistas y claramente de izquierda y comunistas dio nueva identidad al régimen nacido de un simple y vulgar golpe militar.

Se transformó en un proceso nacionalista y populista por otras medidas como la congelación de alquileres de vivienda, la nacionalización de la Compañía Panameña de Fuerza y Luz propiedad estadounidense y la eliminación de la Asamblea de Diputados, revestida de un claro corte oligárquico, que Torrijos reemplazó por la populosa Asamblea de Representantes de Corregimientos que aún existe (…) pero sin el poder político que tuvo con él.  La presencia de los famosos escritores Graham Greene y Gabriel García Márquez legitimó internacionalmente al general Omar Torrijos y su proceso revolucionario. Las públicas manifestaciones de simpatía y reconocimiento expresadas hacia él por el comandante Fidel Castro sellaron su aceptación entre muy variados sectores de la vida nacional, incluyendo el sector democrático y progresista del país. La izquierda radical, minúscula en el espectro de la izquierda, por el contrario, combatió desde el principio el golpe militar. Nunca reconoció ninguna virtud a lo que siguió (…)

El 23 de octubre de 1977 la mayoría del pueblo panameño votó a favor de la firma de los tratados y entonces el general Torrijos declaró públicamente el regreso a los cuarteles y la vuelta a formas democráticas del ejercicio político para alcanzar el poder.   En 1978 se levantó la hipoteca a los partidos políticos.  Pero “no había que bajar la guardia”.

Impulsó un gobierno de civiles y estructuró un nuevo partido inspirado en el Partido Revolucionario Dominicano de José Francisco Peña Gómez. Permitió el regreso de los exiliados y la organización legal de todos los partidos políticos; de derecha, del centro o de izquierda. Lo contrario del general Remón Cantera, otrora verdugo del Partido Comunista que así dejaba la clandestinidad. El Frente de Profesionales se convertiría en el Partido Frente Amplio Popular, FRAMPO (…) una ficha, un peón en el ajedrez político estratégico del general Omar Torrijos Herrera, tan necesario en el juego como el que más si se quiere dar jaque mate al rey.  Y vaya que se lo dimos. Derrotamos al rey imperial del norte, al imperialismo yanqui, como lo hizo Cuba y Vietnam. Con calle 13 oeste fuimos parte de esa gran victoria que no solo fue nuestra sino también de toda Latinoamérica (…) Con la consigna que el general Torrijos plantó en el corazón de todos nosotros de “dar el mayor uso colectivo posible” a la riqueza generada del Canal, repitiendo una y otra vez “esa consigna es correcta, tiene que ser para el Pueblo, porque el Pueblo consiguió la Zona.” (…)

Y entonces asesinaron al general Omar Torrijos Herrera. No creo que fue accidental su muerte aquel 31 de julio de 1981 (…) Su magnicidio se sumó al de otros dirigentes latinoamericanos progresistas y anticolonialistas como el del presidente ecuatoriano Jaime Roldós Aguilera asesinado el 24 de mayo y del general Rafael Hoyos Rubio de Perú el 5 de junio del mismo año en circunstancias similares. La opinión nacional y mundial consideró responsable a la CIA estadounidense por estos atentados políticos. El dolor se adueñó de todos los corazones (…) Sentí desvanecerse la esperanza que el general Torrijos había sembrado en mí con su lucha nacionalista y de trasformaciones políticas y sociales progresistas. Con su infortunada muerte cayó el telón del proceso torrijista (…) Con la tristeza todavía adherida en el alma por la desaparición del general Torrijos publiqué en enero de 1982 el libro “FRAMPO. Una nueva experiencia política” dedicado a su memoria (…) Regresamos a la vida democrática liberal burguesa santiguándola con la celebración de elecciones nacionales pactadas para el año de Orwell (…) El Partido Nacionalista Popular de Olimpo Sáez, de un discurso aceradamente anti militarista hasta entonces, concurrió con el general retirado Rubén Darío Paredes de candidato a la presidencia. Paredes inició desde la comandancia un proceso de destorrijización repitiendo “hay que enterrar al muerto”. Es decir, al general Torrijos (…)

Sé muy bien que este palíndromo de mi vida no ha de interesar a nadie que no sea algún familiar o amigo (…) También sé que las palabras no pueden reemplazar los hechos. Ellas pueden cambiar una y otra vez. Los hechos no, nunca cambian, siempre son los mismos. Las palabras son un artilugio que nos trae de regreso el pasado, instala el presente y avizora el futuro. Los hechos que mis palabras reproducen no tienen finalidad histórica sino evocar emociones, sentimientos, nostalgias (…)

Díaz Herrera desató un huracán con escandalosas declaraciones sobre corrupción en las Fuerzas de Defensa como jamás se habían escuchado, incluyéndose él mismo como parte de la corrupción. Sus revelaciones hicieron añicos la credibilidad que todavía quedaba al torrijismo sin Torrijos (…)vigilantes del cumplimiento del calendario descolonizador tal como pidió el general Torrijos que hiciéramos. Recordé sus palabras en el Décimo Congreso Nacional de la FEP el 15 de septiembre de 1977 diciendo que bien pendejos seríamos si en los 23 años que faltaban para la erradicación del colonialismo permitíamos que nos arrebataran lo conquistado en los Tratados (…)

31 de diciembre de 1999. Llegamos de pie, nunca de rodillas, como decía el general Torrijos (…) Cuando llegó el sublime momento del traspaso del Canal al Estado panameño (…) una enorme sinestesia se apoderó del evento llenando el espacio con el llanto del cielo por la presencia ausente del general Omar Torrijos Herrera. Paradoja de la historia (…) El 31 de diciembre de 1999 (…) último y sin lugar a dudas más trascendental día del siglo veinte para nosotros, los panameños y panameñas recuperamos la dignidad nacional y vi nacer en vivo la Segunda República de Panamá con verdadera soberanía total y plena jurisdicción sobre todo su territorio, su cielo, sus ríos y mares bajo una sola bandera, sin ningún enclave colonialista.   Enterramos el colonialismo y sellamos el triunfo sobre el imperialismo yanqui. Momento de gloria que ayude a alcanzar y nunca olvidaré (…)

 

* Nostalgia Azul. Montiel-Guevara, Miguel. Panamá, 2019. Editora Ledinsa. 208 Págs.

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