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NEGOCIACIONES MINERAS:

Trasfondos Globales Y Visiones Dominantes En Panamá

El Periódico El Periódico, tiene el honor de presentar a la consideración de nuestros miles de lectores, un trabajo de investigación dirigido a contribuir con el necesario debate que los panameños estamos obligados a realizar acerca del futuro minero del país, de su conveniencia o no y particularmente de si el Contrato que acaba de firmar el Ejecutivo es potable para la república o por lo contrario, representa una pesada carga que pone en peligro nuestra soberanía y el saqueo de nuestros recursos minerales, quedándonos solo el destrozo y la destrucción de nuestro medio ambiente y la contaminación general a las presentes y futuras generaciones.

«Así, resulta obvio que los resultados esperados se distancian mucho del concepto: desarrollo soberano e integral nacional, justamente requerido para Panamá. En lugar de un Estado Panameño “socio inversionista real de cartera y utilidades” se está pretendiendo dejar legalmente sólo “la condición de estado concesionario receptor de menudencias” y facilitador expedito de los intereses transnacionales desmedidos».

El reconocido economista del patio, José Antonio Gómez Pérez, Catedrático Universitario, ha elaborado un enjundioso y útil estudio que, será presentado en tres entregas a nuestros lectores durante los próximos días, hoy será la primera entrega. El Académico, como el periódico, esperan cumplir con el deber de hacer docencia y elevar el debate que otros han rehuido, y entender que, el tema minero, no podemos abordarlo sin tener un conocimiento general por lo menos, de qué ocurre en el resto del mundo con esta materia.

 

Autor: José Antonio Gómez Pérez

Economista, Planificador. Catedrático Titular de la Universidad de Panamá.

(Primera Parte)

Introducción: La Cuestión Minera y Panamá.

En los recientes años 2022-23, entre el Estado nacional y el consorcio empresarial Minera Panamá S.A. y su socio transnacional First Quantum Minerals Ltd., la situación actual más conflictiva deriva de las negociaciones en curso en relación la mina Cobre Panamá, que ya desde 2019 se está explotando en Donoso, provincia de Colón. Desde enero de 2022, el detonante lo constituyen los objetivos y las condiciones para un requerido nuevo contrato de concesión que regule todas las relaciones entre las partes contratantes.

No tengo ninguna duda, que el centro y fondo de la discusión conflictiva sobre el contrato minero en ciernes están constituidos por evidentes objetivos y metas que son muy distintos en sus prioridades para cada parte, debido a una concepción complaciente de lo que es inversión de interés común, y que no respeta una participación equilibrada –menos aquella paritaria– en variables claves como son: cartera de capital accionario y reparto de las ganancias de operaciones. Así, resulta obvio que los resultados esperados se distancian mucho del concepto: desarrollo soberano e integral nacional, justamente requerido para Panamá. En lugar de un Estado Panameño “socio inversionista real de cartera y utilidades” se está pretendiendo dejar legalmente sólo “la condición de estado concesionario receptor de menudencias” y facilitador expedito de los intereses transnacionales desmedidos.

De hecho, unas son las prioridades de fines lucrativos y metas desmedidas que persigue el poderoso capital financiero transnacional inversionista. Y, otras son las prioridades de metas pobres que a Panamá le asignan, y parece aceptar, como país únicamente receptor de la inversión, olvidando el rol de inversionista que le corresponde. Además, prácticamente obligándose a brindar condiciones extraordinarias, que sólo le beneficiarían con una nota buena en la calificación del riesgo país para la inversión extranjera.

Estoy convencido que sobre el recurso y patrimonio minero panameño –su explotación y sus múltiples actividades colindantes e incidencias nacionales– habrá un gran debate histórico y masivo, semejante al ocurrido con la posición geográfica, la soberanía y el Canal de Panamá. ¡Ojalá así lo presenciemos!

Este ensayo busca contribuir al debate nacional aportando análisis y planteamientos de los eventos conceptuales y reales del quehacer minero doméstico y global, que posibiliten a los ciudadanos lectores organizar sus opiniones con mayor información, análisis y argumentaciones.

 

1 ─ NEGOCIACIONES MINERAS: TRASFONDOS HISTÓRICOS, GLOBALIZACIÓN, INTERÉS COMÚN Y FINALIDADES CONFLICTIVAS.

 

En el marco de todos los procesos y órdenes de actividades económicas, sociales, tecnológicas e institucionales, la globalización vigente desempeña un papel primordial. Los negocios mineros no constituyen excepciones. Tampoco, las negociaciones y debates acalorados que hoy empieza a vivir Panamá están alejados de aquellos mismos tipos de eventos registrados en otros países, y que además siguen actualmente ocurriendo.

 

1.1.    Trasfondo Histórico: Capital Financiero Global Y Negocios Mineros.

 

En la economía internacional sobre negocios mineros, tras las formas externas y visibles en negociaciones y contratos se presentan intereses conflictivos entre las partes involucradas; y generalmente se trata de aquellos objetivos y metas del capital financiero transnacional inversionista, y aquellos otros objetivos y metas del país receptor de la inversión extranjera, en especial el rol que ésta ejerce sobre el desarrollo integral del país receptor.

Es sumamente indispensable conocer el trasfondo histórico prevaleciente en cada época cuando ocurren las negociaciones, así como también las condiciones propias de éstas, para comprender estos intereses conflictivos, sus tendencias operativas y resultados.

La época mundial actual conlleva importantes hegemonías de capitales financieros y de la doctrina neoliberal.  Estas condiciones prevalecientes conforman el modelo neocolonial de gestión, así denominado por sus funciones de gestión tecno-económica y el tutelaje político-administrativo.

Actualmente, apuntalado con la doctrina del neoliberalismo, tal modelo de gestión minera neocolonial conlleva a resultados desventajosos que varían entre los países; desde niveles de prácticas semicoloniales moderadas y reducidas hasta aquellos niveles coloniales saqueadores, especulativos y abusivos, según sea la procedencia de los capitales de inversión y también según sea la voluntad política nacional–global de los gobernantes en los países receptores.

Considerando los contextos mundiales, las negociaciones y contratos mineros per sé son sólo forma y continuidad de decisiones sistémicas del capital financiero global. Los conflictos fundamentales que se generan tienen sus raíces en la naturaleza misma de tal capital financiero inversor, y en las condiciones como éste gestiona sus mega negocios para lograr favorecer ampliamente sus propios intereses y beneficios.

Actualmente, las corporaciones financieras multinacionales y sus prácticas están dejando menos espacios para cambiar las predominantes normativas de los contratos mineros hacia negocios con tendencias progresistas y justas.

Sin embargo, esto no es evidencia de ausencia total de opciones reales para concretar cambios progresistas. Tampoco, las tendencias semicoloniales y neoliberales, fortalecidas y en curso por el mundo, tienen capacidad de impedir o anular las luchas obligadas de los pueblos, por la defensa de sus naciones, patrimonios, interés y dignidad nacionales.

 

1.2.    Las Negociaciones Mineras: Interés Común, Con Fines Y Metas Distintas.

Metodológicamente es muy fundamental explicar los contenidos de los siguientes tres conceptos enunciados: interés común, finalidades diferentes y metas distintas, a fin de lograr comprender las negociaciones conflictivas y las características básicas que éstas conllevan.

En la economía y decisiones de inversión,  generalmente las partes convergen en intereses comunes porque requieren asociar sus factores productivos. Por un lado, está el propietario soberano del recurso natural y condiciones aptas para su explotación; y, por otro lado, está aquel socio potencial que es propietario con capacidades suficientes de capital, tecnología y know how.

Se sobreentiende que las asociaciones así planteadas son para establecer negocios beneficiosos, equilibrados y justos; y así debería ser. Sin embargo, los tipos de asociación para la inversión que se establezcan determinarán diferencias sustanciales, entre el interés común materializado y los resultados concretos respecto a las prioridades de fines y metas. A estas diferencias sustanciales, también suele llamárseles: diferencias conflictivas o intereses conflictivos.

Además, resulta evidente que para cada parte las finalidades y metas son muy distintas, como prioridades. Unas, son las que persigue el poderoso capital financiero transnacional como inversionista; y otras son aquellas prioridades que tiene el país receptor de la inversión y el rol que plantea para el desarrollo soberano e integral nacional.  (Supóngase el Caso Mina Cobre Panamá)

Generalmente, se trata de tres grupos de diferencias conflictivas, que frecuentemente se describen como sigue a continuación.

 

(A) Niveles de Participación en la Inversión y el Reparto de Utilidades.

El primer grupo de diferencias directamente incluye dos criterios estratégicos: por una parte, la participación en la inversión y los niveles de reconocimiento de aportaciones en el capital accionario; y, por otra parte, los niveles establecidos para el reparto de ganancias. En ambos componentes los criterios de definición y los niveles correspondientes son la esencia fundamental de todo contrato sobre cursos y patrimonios nacionales; mismos que igualmente es la esencia para toda evaluación.

Así, la estructura accionaria debe incluir al País Aportador del recurso mineral natural, sus infraestructuras aprovechables para desarrollar la actividad minera y sus condiciones evidentes para acceso a los mercados internacionales; componentes industriales, que son tan igual de importantes como los aportes del Accionista capitalista en cuanto a capital, tecnología y gestión comercial.

 

(B) Cumplimientos: Legalidad, Regulaciones e Institucionalidad.

El segundo grupo, atañe a componentes denominados: cumplimientos de los regímenes de legalidad, regulaciones e institucionalidad. El mismo se refiere a:

  1. a) El cumplimiento obligatorio y regular de Constitución Nacional y sus normativas fundamentales.
  2. b) además, el cumplimiento a las legislaciones nacionales principales (LNP).
  3. c) Respeto a las Institucionalidades Establecidas y Sus Normas.

Aquí, por LNP debe entenderse aquellas actividades concernientes directas como son los campos: tributarios, fiscales, laborales, seguridad social, medio ambiente y otros. Respecto a estas responsabilidades surgen asuntos conflictivos que generalmente conciernen a la flexibilización de las normativas legales existentes, con exoneraciones y todo tipo de medidas especiales.

 

(C) Las Responsabilidades y Los Pagos Por Afectaciones.

El tercer grupo suele denominarse: condiciones de pagos contractuales y por afectaciones. El mismo trata los criterios y normas para la asignación de pagos especiales y las responsabilidades por “afectaciones colaterales”.

Aquí por ejemplo se comprenden, uso de cuencas hídricas, acceso de servidumbres, daños y contaminación, afectaciones culturales, etcétera. Contextos y situaciones que generalmente son muy amplias.

(D)  La Gestión de Las Actividades Claves y Los Efectos Multiplicadores.

Todo este componente de gestión de actividades claves y efectos multiplicadores son muy amplios en toda negociación y contrato minero, pues incluyen campos y asuntos directos e indirectos. Para ilustrar el mismo, se presentan aquellos usualmente considerados muy importantes, a saber:

  1. a) Asuntos Fiscales y Tributarios.
  2. b) Empleo, Derechos Laborales y Seguridad Social.
  3. c) Medio Ambiente y Salud.
  4. d) Impactos Focales y Regionales.
  5. e) Seguimiento Al Negocio Minero y el Desempeño Empresarial Local.
  6. f) Los roles de los marcos regulatorios obligatorios –versus– la flexibilización de disposiciones y normas.
  7. g) La Planificación como instrumento fundamental para construir un nuevo modelo de desarrollo, que requiere Panamá. (discusión de este desafío nacional)

Al respecto de esta sección analítica dos conclusiones parciales son muy importantes:

Primero: De la noche a la mañana, los intereses conflictivos entre las partes no estarán abolidos, fácil ni repentinamente. Sin embargo, si pueden ser reducidos, estableciendo consensos racionales y equilibrados para lograr beneficios mutuos permanentes y de larga duración.

Segundo: Esta dirección de negociación es la que hoy suele llamársele  “criterios y condiciones para un capitalismo progresista”, muy distantes de aquellas típicas características de colonialismo y neocolonialismo salvajes. En general, esta es la dirección de toda estrategia de negociación correcta.

 

1.3.    Alternativa Al Modelo Minero Neocolonial Predominante.

 

Como es bien sabido, el capital financiero global ejerce su gran poderío y fuertes controles en la economía mundial de los recursos estratégicos y su gestión de negocios. De manera que lograr la superación de las típicas características coloniales y neocoloniales requiere de condiciones históricas con bases reales y estrategias, que permitan materializar las mismas, en formas de asociación y negociaciones que simultáneamente resulten viables y ventajosas, y a ambas partes.

En este contexto internacional, particularmente en los negocios mineros, desarrollar una estrategia que sea alternativa real al predominante modelo neocolonial y neoliberal, implica y requiere tres condiciones históricas imprescindibles, a saber:

Tres Condiciones Históricas Imprescindibles.

 

(A) Romper con las reglas de juego neocolonial–neoliberal y sus esquemas de concesiones privatizadoras absolutas de los recursos y patrimonio nacionales, y que utilizan normativas cuasi ilimitadas para controlarlos y saquearlos.

(B) Construir esquemas de asociación de empresas mixtas, estado e inversión transnacional, las que permitan espacios para construir consensos racionales y equilibrados, principalmente en la cartera accionaria y el reparto de ganancias operacionales, para beneficios mutuos de larga duración; y por supuesto, con aquellas corporaciones mineras mundiales que se avengan a estos acuerdos.

(C) Contar con estrategia y plan de metas claras, para el desarrollo minero y sus contextos básicos, que son condicionantes imprescindibles para lograr negociaciones convenientes; las que así, obviamente puedan descartar y alejarse de las premuras e improvisaciones, que suelen ocurrir e imponerse en los estados débiles, dependientes y clientelistas.

 

Estrategia Y Negociación Minera.

En los países débiles de capital y tecnología como es Panamá, las negociaciones que empiecen y concluyan con resultados progresistas pueden alcanzarse sólo contando con alguna estrategia con fines que así la califiquen en sus propias bases fundacionales conceptuales y funcionales. Esta estrategia siempre es un requerimiento imprescindible para resultados equilibrados frente a los intereses del capital financiero global.

Por tanto, entre y para las partes, toda estrategia negociada debe contar con criterios, medidas y verificaciones, a fin de evaluar la conformación de valoraciones a los recursos naturales, funciones y repartos del capital, ganancias y todos los recursos productivos.

Es bien sabido que, aunque un país disponga de los recursos mineros, y sea poseedor nominal, no basta para lograr resultados equilibrados favorables, si la “estrategia negociada en curso” está diseñada para favorecer rotundamente a una parte, la contraparte del capital financiero global en desmedro de la parte nacional aportadora del valioso recurso mineral.

Este planteamiento es tan axiomático, que no requiere demostración de los resultados desventajosos para países aportadores de minerales, como bien demuestran variadas negociaciones internacionales. En este sentido, un sabio proverbio popular enseña una lección valiosa, al evaluar resultados de una negociación en curso: “no le pidas peras al olmo”. En Panamá y en pocas palabras, esta es la situación actual del contrato minero en discusión.

 

2 ─ PANAMÁ: VISIONES DOMINANTES SOBRE LAS NEGOCIACIONES MINERAS.

La real academia española define el término en forma parca, así: Visión – punto de vista particular sobre un tema, un asunto, etcétera. En las ciencias sociales, este concepto se utiliza para la percepción de realidades, con frecuencia más allá del tiempo y espacio presente, y como proyección a futuro.

2.1.    Visiones: Concepto, Contenidos y Utilidad.

La expresión Visiones tiene mucha utilidad en los análisis y prácticas de los sistemas de valoraciones. Por un lado, la tenencia o abundancia de visión se identifica con calificativos de experticia y sapiencia. Por el lado contrario,  la carencia o escasez de visión se identifica con calificativos de incapacidad e inexperiencia.

En todo debate,  por lo regular quienes participan lo hacen según sus empatías ideológicas, intereses de clase, capacidades cognitivas, sustentos culturales y éticos. Así, los intereses humanos tanto individuales como colectivos son experiencias históricas socioeconómicas, y siempre son referencias tangibles que se acumulan y se representan con las visiones que los pueblos tienen de sí mismos y las formas como analizan sus problemas de desarrollo.

Efectivamente, los argumentos y propuestas decisorias sobre los conflictos –sean buenas, malas o perversas– dependerán de las condiciones aludidas en los protagonistas y los contextos históricos con ellos prevalecientes. Es natural que las discusiones ocurran con diversidad formas de darse cuenta de las situaciones y asignarles valoraciones.

 

2.2.    Los Tres Tipos de Visiones Predominantes.

El conflictivo debate actual, sobre el contrato minero del Estado con el consorcio Minera Panamá, S.A. está transcurriendo con una diversidad de percepciones y valoraciones, no siempre organizadas o estructuradas lo suficiente.

Se trata de visiones que contribuyen a dar forma y contenido a las discusiones en curso, pues son discutibles entre sí,  y porque bajo un proceso de comparación objetiva esclarecen u oscurecen las síntesis y conclusiones del debate nacional.

En síntesis, metodológicamente pueden distinguirse tres tipos de visiones principales en las discusiones referentes a los temas mineros en conflicto, y sus significados presentes y a futuro; a saber: a) la visión restringida o específica; b) la visión coyuntural y de corto plazo; y c) la visión estratégica integral y de largo plazo.

 

(A)     La Visión Restringida o Específica.

Es aquella percepción muy limitada de la totalidad, por restringir y hacer énfasis en uno o pocos temas específicos, seleccionados según intereses explícitos. En este tipo de percepción, la problemática y su totalidad de componentes primordiales queda muy restringida y obstruida.

En Panamá, vemos como los seguidores a esta visión sublimizan ciertos efectos multiplicadores de la minería (producción, exportaciones, empleos) y así llegan a calificar la minería como panacea y remedio, que “quitará todos los males” económicos nacionales.

En ocasiones, este tipo de visiones ofrecen los llamados análisis de anteojeras, por privilegiar sólo aquellas condiciones y resultados que se ponen enfrente. También en esta visión, con enfoques específicos se propagan ideas referentes a trasplantar condiciones o modelos, como si ello fuera posible hacerlo mecánicamente, prescindiendo de las realidades concretas de cada país.

 

(B)     La Visión Coyuntural y de Corto Plazo.

Es la llamada percepción con luces cortas, sobre variadas problemáticas haciendo énfasis sólo en aquellas con significados claves para de la coyuntura presente y a corto plazo, de acuerdo a su agenda de intereses particulares. Este tipo de visión se orienta con los asuntos coyunturales pendientes y las urgencias a corto plazo, principalmente en los contextos fiscales, tributarios, servicio a la deuda pública, u otros entornos.

No hay duda de que en algunos sectores de la población esta visión de corto plazo es muy frecuente, debido a condiciones como las siguientes:

  1. a) Es producto inherente al estilo productivo y cultura de enclaves de tránsitos y servicios.
  2. b) Es resultado de intereses crematísticos desmesurados.
  3. c) Incumben a coyunturas politiqueras, electoralistas, clientelares.
  4. d) Son resultados de combinaciones de las tres razones juntas, y a la vez.

Esta visión cortoplacista sólo tiene capacidad de avanzar con luces cortas; tan cortas son que ni sus más avezados timoneles pueden ver el horizonte en un mar sereno.

Actualmente, una premura muy visible es la coyuntura electorera próxima, para elegir en mayo de 2024 las autoridades a nivel nacional: presidente, legisladores, alcaldes y representantes. Así,  los cortoplacistas están apurados, ya que tal evento electoral incide en sus decisiones del orden de prelación y atención en curso. Como con anteojeras, perciben el cierre del contrato minero sólo como un mecanismo que les permitiría: a) reportar ingresos nuevos para el tesoro nacional; b) hacer clientelismo socio-electoral con promesas a los jubilados y pensionados; y c) eventualmente contar con votos y réditos electorales.

Seguidores de esta visión incluso tratan de autoconvencerse que tan sólo “planificar para los cinco años de cada gobierno” es técnicamente lo apropiado y conveniente para optimizar las necesidades de crecimiento y desarrollo del país. Es una visión tan miope y desafortunada, que ningún ciudadano o político astuto la cree, tan sólo sabiendo que muchísimos problemas no se resuelven en tan cortos plazos.

Hay muchos casos como ejemplos notorios: dotación de agua potable, recolección de la basura urbana, canal de Panamá sostenible, sistema de jubilaciones dignas y seguras, etcétera, etc. Por supuesto, no olvidar incluir: el servicio de la deuda externa pública y la vigencia y costo-beneficios de las concesiones mineras.

Es bien sabido que con “planificar sólo considerando el corto plazo de 5 años” no se aborda apropiadamente el listado de desafíos estratégicos que tiene Panamá, por delante y aún por resolver. Tal decisión desdibuja la planificación integral y científica, y sólo sirve para potenciar más las incertidumbres existentes; y, además para ahondar la corrupción político-clientelar del país y el desorden sistémico reinante.

 

(C)     La Visión Estratégica Integral y de Largo Plazo.

 

Esta es la percepción conocida como estratégica e integral, y también es llamada con luces largas. Bajo el contexto de integralidad, esta definición amplia también incluye dimensionar los roles que juegan las otras visiones, evaluando sus propuestas y fallas.

Este tipo de visión especialmente se enfoca y escudriña los trasfondos de los partes negociantes en la pugna real y formal, misma que atañe a los intereses conflictivos entre el capital financiero transnacional y sus metas hegemónicas –versus– los intereses de soberanía y el desarrollo integral de Panamá. En la práctica, se trata de precisar el fondo de las controversias, que el siguiente planteamiento a guisa de interrogante deslinda su marco analítico general. ¿Contratos Mineros: intereses y beneficios, para quién y para qué?

En síntesis, la visión estratégica de largo plazo le corresponde dilucidar el marco conceptual y sus significados, en cuanto a: “Las metas hacia el interés soberano e integral de Panamá”.

A los cientistas sociales, particularmente aquellos involucrados en tareas de gobernanza, educación, política y economía,  les corresponde privilegiar el desarrollo de capacidades que generen las condiciones de visualizar el futuro de la nación con luces largas y panorámicas. Estos balances tienen que darse en contextos multidimensionales, vgr: económicos, jurídicos, institucionales, sociales, ambientales, desarrollo integral, planificación de gestión nacional, y, sobre todo, en ámbitos políticos y de participación ciudadana. ¡Debemos hacerlo! Los tiempos actuales peligrosos, no son como para pasar agachados ante tales realidades, evadiendo responsabilidades.

En esencia, esta visión integral considera todas las problemáticas claves con sus interacciones complejas. Así, sus resultados analíticos permiten plantear los eventos con dinámicas y espacios conformando una valoración rica de las realidades posibles, en los contextos de desarrollo integral, perspectivas a largo plazo y, por supuesto, la planificación científica; tres componentes inseparables, que actualmente la nación panameña está demandando con mucha urgencia.

Obviamente, utilizando la visión integral estratégica y sumando la voluntad política correspondiente, es posible crear metas de beneficios equilibrados y mutuamente favorables a las partes en conflicto, preservando el interés integral nacional de Panamá.

Para esta visión una tesis es muy cierta. La planificación es caracterizada como integral, científica y democrática, fundamentalmente con estrategias, normativas y metas precisas, establecidas con mecanismos de participación y legitimidad por las fuerzas productivas y políticas de la sociedad.

Solamente con niveles avanzados de planificación integral, es que las sociedades contemporáneas pueden lograr procesos de crecimiento económico sostenibles junto con los niveles requeridos del desarrollo y bienestar humano. Planificar es inherente a la vida misma de la sociedad; es una función axiomática, un saber dado. Ni siquiera se necesita lucubrar fórmulas y demostraciones extraordinarias.

Para conceptualizar y desarrollar el presente trabajo analítico, esta constituye la visión estratégica integral de largo plazo utilizada como fundamentación esencial. Como se expone más adelante, es la visión que también le corresponde al denominado modelo minero torrijista.

 

Agradecimiento:

Expreso mi agradecimiento especial al poeta y pensador Pedro Rivera Ortega, por su colaboración en la revisión de estilo; y por sus valiosos aportes al ponerle sentires y poesía a este ensayo analítico para que resulte algo ameno.

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