Editorial
Hoy 1 de julio de 2022, existe gran expectativa en Panamá por el informe que presentará a la nación, ante la Asamblea Nacional, el presidente Laurentino Cortizo Cohen, cuando cumple tres años en el poder.
El 1 de julio de 2019, Cortizo asumió el poder en medio de grandes expectativas y con un discurso que delineó las principales tareas que cumpliría. Ocho meses después, nos alcanza la Pandemia del COVID-19, y todas las expectativas languidecieron.
Recientemente, el mismo presidente Cortizo informó al país que ha sido diagnosticado de una patología delicada y en la que hoy mismo viaja a Houston, Texas para someterse a estudios prolijos para precisar el adecuado tratamiento y del cual todos los panameños deseamos el pronto restablecimiento de su salud.
Sin embargo, a 1095 días de aquella fecha en que la toma de posesión se dio en el Teatro Anayansi de ATLAPA, pasamos un vistazo a los resultados fundamentales de esta administración.
La gran falla del gobierno al cumplir tres años: la ausencia de una eficaz estrategia de desarrollo nacional sostenible. El ministerio de economía y finanza, un fiasco. Erráticos y desacertados. Preguntemos a los pequeños y medianos empresarios, que podrían ser el sector económico que dinamice nuestra economía, que opinan y la respuesta a voz de cañón, en la crisis fuimos dejados a nuestra suerte. Cientos de ellos desaparecieron. Veamos cuatro variables del fracaso de la política económica del gobierno:
- Asistencialismo.
2.Planilla del estado pivoteada por prácticas clientelista.
- Insuficiente política hacia el ahorro interno.
- Un aumento inusitado de la deuda externa pública que se acerca a los 45 mil millones de dólares.
Lo anterior, demanda urgentemente de un cambio de rumbo en el manejo de la economía.
En materia de Salud Pública, aún gravitamos entre la pandemia y los controles que se han relajado. Los establecimientos de salud pública tanto del Ministerio de Salud como de la Caja de Seguro social acusan serias deficiencias y el caso de la crisis de las finanzas de la CSS, es un tema que hoy se mantiene en el hermetismo, pero no se puede soslayar porque dentro de un año, pudiera hacer finalmente crisis.
En materia de educación que, fue bautizada como la estrella de esta administración, los resultados en estos tres años no se diferencian de las caóticas anteriores administraciones y las fallas en las pruebas PISA, nos ubican entre los peores en el continente, a pesar de la asignación presupuestaria al sector, de casi cuatro mil millones de dólares anuales.
El sector de obras públicas es simplemente palpable y solo usted tiene que salir de su casa y poder constar el estado de las calles del país.
En el manejo de nuestras relaciones internacionales, el rumbo ha sido la genuflexión, la entrega y pese a ese proceder rastrero, aún nos tienen metidos en todas las listas negras, oscuras y grises en que los verdaderos lavadores (los miembros de la Gafi), nos tienen metidos, para inculpar a otros, de sus propias tropelías.
Seguimos teniendo un Procurador General de la Nación encargado después de más año y meses en que renunciara Ulloa al puesto, al verse impedido en investigar a altas figuras que abusaban y violaban a niños y adolescentes en los albergues, responsabilidad de Estado panameño.
La tensión social en el país es notoria, y ojalá el discurso presidencial y los actos de hoy pudieran generar esperanza de días mejores, aunque ante esta expectativa, la Asamblea Nacional hoy, ha decidido blindarse, al reelegir, como es costumbre, al actual presidente, lo que significa que, no habrán cambios, sino, más de los mismo.
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