Las manos que mueven la cuna, la cama y hasta arreglan la recamara

Por Carlos Ochoa E.

 

Para el ciudadano común, de a pies, el país anda mal, muy mal, así como un barco a la deriva, sin brújula y sin capitán; para otros que son los menos los que gozan y viven de las mieles del poder político, las cosas andan bien, vamos por buen camino, para otros, que son aún menos, unos poquitos, las cosas andan requetebién, los dueños del poder económico, así como se lee y se escribe. Hay quienes niegan la existencia de las clases sociales; dicen que es un “invento de los comunistas”, de Karx Marx; él lo que hizo fue exponer y explicar la existencia de dos clases sociales: y que se definen por la relación que tengan las personas con los medios de producción. Los dueños de los medios de producción y los que no son dueños de ningún medio de producción, los que solo reciben una paga en dinero por trabajar sea física, profesional o intelectualmente, la que él llamo clase obrera o clase trabajadora y los dueños de los medios de producción; que hoy adquieren distintos nombres; capitalistas, oligarquía, burguesía y en buen panameño, ricos o rabiblancos.

En el camino, los estudiosos han “descubierto” y hasta han inventado otras clases sociales, para explicar como funciona la sociedad humana, así se habla de clases social dominante, clases social dominada, clase media, clase alta y en ese entre tramado han acuñado el concepto de “CLASE POLÍTICA”, para referirse a un reducido grupo de personas, repartidos en los partidos electorales qué en nuestro caso, cada cinco años se alternan para asaltar el poder político, expresado en gobierno de turno. Verdaderas aves de rapiña alborotadas buscando la presa para devorarla.

Nuestra burguesía  nació y creció a la sombra  del comercio legal e ilegal, y de actividades de servicios en el siglo XIX, a la orilla del ferrocarril, usurera y  además del despojo de las mejores tierras a los campesinos, Se convirtieron en latifundistas; de alquileres caros a los trabajadores del Canal y otros servicios, nunca se preocupó por el desarrollo industrial del país, hoy tampoco lo hacen, es una burguesía parasitaria, al servicio del capital extranjero, es la misma que nos ha gobernado desde los inicios de la República. Esa misma que en 1909 creo el Club Unión, allí se escogieron todos los presidentes, hasta 1968.

Si algo aprendió la verdadera oligarquía criolla, la de Club Unión, la de abolengo, casi aristocrática, a partir de esa fecha, 1969 fue a no ensuciarse tanto las manos con el poder político y se lo dejaron a los aspirantes a oligarcas, a los nuevos ricos, sin apellidos de nobleza, de abolengo, venidos de ha menos, de la peor estirpe, a los ricos rabinegros.

La República solo ha tenido tres presidentes que no fueron escogidos en el Club Unión y de ellos dos sin el aval de la Embajada de Estados Unidos, Demetrio Basilio Lakas y Arístides Royo Sánchez, al otro, Martín Torrijos, lo llevaron de la mano al Club, siendo Presidente y algunos mal pensados, señalan que le pagaron la inscripción y le abrieron las puertas a sus grandes negocios. La tajada gorda, la ampliación del Canal. Hasta 1968, presidentes, ministros, servicio exterior, diputados y demás cargos importantes los ejercían los socios del Club Unión y su parentela más cercana, en el legislativo hubo tres excepciones de diputados, que recuerdo, entre ellos, Carlos Iván Zúñiga, Thelma King Harrison y Virgilio Schubert, representantes de los sectores populares.

Williams Hughes e Iván Quintero, economista y sociólogo, respectivamente, catedráticos universitarios, hace unas dos décadas atrás, escribieron un libro llamado: “Quienes son los dueños de Panamá”, allí están retratados casi todos los verdaderos millonarios de éste país y son muy pocos,  poquísimos, no mencionaré ningún apellido, por respeto a los pobres que llevan los mismos, y pueden confundirlos con ricos,  pero usted los puede encontrar, en el ya mencionado Club Unión, Cámara Panameña de la Construcción, Consejo Nacional de la Empresa Privada, Sindicato de Industriales de Panamá, Asociación Bancaria de Panamá, Cámara de Comercio y Agricultura de Panamá, entre otros gremios exclusivos de los dueños del poder económico y por ende de Panamá.

Para que ensuciarse las manos?, si lo mismo se puede obtener sin ensuciárselas,

Y sin ser reprochados y abucheados por el pueblo, mejor aparecer como benefactores del pueblo, como filántropos, para ello tienen los famosos y hasta míticos clubes cívicos, 20-30, Kiwanis y otras asociaciones de la misma calaña, además de los medios de comunicación masiva y un sistema educativo diseñado para servir a sus intereses. En buenas cuentas, las elecciones son una farsa, muy bien diseñada; de mucho circo y poco o nada de pan.

No sé, si es ético y moral, que el gobierno con nuestros impuestos tenga que pagar subsidios a los partidos políticos,  que salvo excepciones, los partidos políticos, tienen uno o varios dueños, los oligarcas de abolengo y sin abolengo, los dueños del poder económico y sus testaferros políticos partidistas; esos son los que mecen la cuna, la cama y hasta arreglan la recamara, los que ponen y quitan candidatos y nunca pierden, porque económicamente invierten en todos los partidos y en candidatos potables, en eso se parecen a los mosquitos Aedes, que si encuentra diez recipientes con agua, en los diez depositan huevecillos y así aseguran la sobrevivencia de la especie.

El autor es Sociólogo y profesor de Geografía e Historia.

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