Cabalgata de una ruta de más incertidumbre.   

Basta de discursos de pasto y políticas de toallas. Eso profundiza el agravamiento y no funciona para salir de la pobreza y miseria tanto material como espiritual

 

Por Ramiro Guerra M.    Abogado y cientista político.     

Seguramente no todos pensaran como yo. Es natural y comprensible. En lo que respecta a mí, optimista siempre y como escribió Antonio Gramsci, el optimismo es una forma de pensar positivo, pero no por ello dejo de pensar, que si el futuro ha de cimentarse sobre lo que tenemos de presente, veo a mi país, a los panameños, sufriendo los embates de un sistema donde prevalece un agotamiento grave de todo el entramado social, político institucional. ¿Cómo sembrar el cambio, con los mismos que coadyuvaron a construir la realidad de hoy? Como agarrar este trompo con la uña de un dedo. Difícil verdad.

Claro que de las contradicciones se asoman indicios, de que, sí es posible salir del atolladero en que nos encontramos. El pueblo solo pide un estado que centre sus objetivos en el desarrollo y bienestar social. Bien lo editorializa un periódico de los Estados Unidos, el neoliberalismo reeditó la forma de capitalismo más salvaje y opresor. Como explicar que solo un 1 a un 10 por ciento de los grandes poseen el 90 por ciento de las riquezas del planeta. ¡Dios santo!

Es terrible, nos han condicionado y manipulado, de escoger entre todos malos, el menos malo. El clientelismo es la forma perniciosa de accesar al poder. El salto de una conciencia en si para sí, ha sido mediatizado por los aparatos ideológicos de la élite del poder económico. ¿Cómo quebrar esa hegemonía política y cultural? Es el gran desafío para salir adelante. De esto, no dicen nada las nomenclaturas partidarias. Temen desafiar el statu quo, son parte de ese pérfido andamiaje.

La democracia tiene que ser reformulada de tal suerte que, dejemos de ser carnero de panurgo. Tenemos que hacernos de un estado que centre su fin en la dignidad del individuo.   La variable corrupción tiene que ser reducida en toda su extensión y expresión. Y eso será posible cuando la sociedad pueda adquirir una elevación espiritual en que la persona humana y amor por los congéneres y la naturaleza, sea un bien común y no escaso como la tenemos en esta etapa decrépita, amoral y peligrosamente decadente.

Basta de discursos de pasto y políticas de toallas. Eso profundiza el agravamiento y no funciona para salir de la pobreza y miseria tanto material como espiritual. Como lo dijo hace casi un siglo, Alberto Einstein: “No pretendas obtener resultados distintos si continúas haciendo lo mismo”.

3 Hay varios Likes:) Gracias...