El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Abel D. Comrie Ortega
Los grandes conflictos sociales, como el que ahora nos ocupa, así como en las guerras, definen el contenido de nuestro carácter.
Así pues, están los silentes que esperan a ver hacia dónde va la corriente para sumarse.
Están los que apuestan todo a favor de su pueblo, muchas veces equivocándose en las formas; están los que se suman decididamente, pero con mente fría, en buena fe procurando orientar las formas más apropiadas.
Están los que saltan de bando y se venden como los más patriotas (los hay ahora por montón).
Pero los mas peligrosos son los traidores velados. Esos que están en contra de su pueblo, a partir de su propio interés, más se cuidan de no declarar su postura. Son aquellos que todo lo objetarán y criticarán; ni harán un solo comentario o aporte constructivo de hacer, en favor de la causa; introducirán dudas y miedos, pretendiendo minar la unidad del grupo. Esos hay que señalarlos con desprecio, pues es preferible un enemigo declarado, que un amigo falso.
Estos son momentos difíciles y a la vez gloriosos para nuestra Patria. No nos dejemos confundir por estos personajes.
En la era moderna, el neocolonialismo se muestra a través de grandes empresas y corporaciones internacionales, más los objetivos son los
mismos: expoliar a las naciones pequeñas y débiles en su unidad.
La historia muestra, que no ha existido invasor que haya podido resistir a un pueblo unido.
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