Por: Enrique Avilés.
Es supremamente notorio que quienes se oponen a la Ley 638, que regula la profesión de la Historia, no son Historiadores, lo que hace necesario evaluar los intereses reales de estos grupos de oposición que abiertamente se contradicen entre falsedades y discursos falaces. Y esa es la nota que ayer se hizo evidente en el comunicado publicado por Ciencia Panamá , en donde exhortan al presidente a vetar completamente la ley, siendo que los integrantes de esta asociación no son historiadores. Entonces en qué les podría afectar una ley que a médicos y científicos poco les compete y que ha demostrado hasta el hartazgo que no interviene ni en la educación, ni en la investigación. La pregunta aquí es: ¿Qué pretende esta asociación al irse contra una aspiración profesional que en nada afecta a sus asociados que son científicos, pero no sociales, o sea lo que menos son es historiadores?Y basta leer un solo enunciado del comunicado para entender que no tiene ni pies ni cabeza, pero sí interés de apoyar a algunos “aliados”, por no decir que amigos unidos por patrocinio, pues para Ciencia Panamá, “excluir de la idoneidad a extranjeros residentes es contrario a las dinámicas del mundo actual, y limitará el impacto de la profesión”. En otras palabras, Ciencia Panamá propone que sean extranjeros con solo permiso de trabajo quienes realicen las labores sensitivas de orientar nuestros museos de historia nacional, nuestros archivos nacionales, la gestión cultural pública a nivel nacional y ni hablar de la municipal. No se que piense el panameño ante esta propuesta solapada de Ciencia Panamá, pero no creo que el grueso de la población la apruebe, ni pensar que la aprueben profesiones ya reguladas como lo son casualmente los médicos que integran la membresía de esta asociación.
En otra parte la justificación de Ciencia Panamá llega a lo insostenible al plantear que: el requerimiento de la idoneidad dificultará la permanencia de quienes cuentan con formación profesional y gran trayectoria en el país, que no calificarían dentro de los restringidos límites planeados para la idoneidad”. La idoneidad exige, como el resto de las idoneidades del país, ser nacional y estar debidamente titulado de historia a nivel universitario. Entonces, de qué formación habla esta asociación, o será que ellos piensan que cualquier cientista social es un historiador, o puede desarrollar la labor de un historiador y lo digo porque de inmediato algunos antropólogos, arqueólogos, museólogos saltaron ha hacer suyo el comunicado en las redes. Mi pregunta para Ciencia Panamá es: ¿Sera que funciona igual de libre con su membresía, conformada por renombrados médicos y científicos?
La posición de Ciencia Panamá, respecto a la Ley que regula la profesión del historiador deja claro que no tienen idea de lo que es un historiador y de por qué es necesario que no todo mundo sea considerado un profesional de la historia en el ámbito público, privado y de patronatos.
Profesionales por trayectoria no existen, en su lugar hay trayectorias profesionales, no se puede ser médico sin título universitario de medicina. Entonces por qué esperar lo contrario con el profesional de la historia. Solo resta pensar que la historia para estas ONGs es la cenicienta y que el fondo del problema es que no quieren más prioridad para ninguna idoneidad, pues les afecta sus intereses particulares, lo que resulta mezquino al hablar de los intereses de la nación y Estado en materia de Historia.
El autor es profesional de la Historia.
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