Un general ruso revela la lección que deja al mundo la derrota del gobierno afgano.
La caída de Kabul ante los talibanes era solo una cuestión de tiempo, puesto que el Ejército afgano quedó desmoralizado por la retirada del contingente estadounidense que por años se mantuvo en Afganistán, opina el general coronel Gueorgui Shpak, veterano de la guerra afgano-soviética.Gueorgui Shpak estuvo al mando de un regimiento aerotransportado que participó en el derrocamiento del dictador Hafizullah Amín en 1979.
«El Ejército afgano, entrenado y armado por EE.UU., no luchó. Está desmoralizado y sus soldados en todas las guarniciones se dieron a la fuga ya después del primer enfrentamiento, sabiendo que nadie iba a ayudarlos. Por lo tanto, los talibanes no iban a asaltar Kabul: conocían de antemano que la ciudad estaba condenada a una rendición vergonzosa», afirmó el militar retirado en declaraciones a RT en ruso.
«Saquear a un país y abandonarlo a la deriva»
Shpak, quien estuvo al mando del 350.º Regimiento Aerotransportado que participó en el bloqueo de centros claves durante la operación para deponer al dictador afgano Hafizullah Amín en diciembre de 1979, acentuó que la situación actual ha mostrado al mundo una vez más «lo descarada y despiadada que es la manera de EE.UU. de dejar botados a sus aliados, lo poco que valen sus promesas».
Si alguien no lo entendió con los ejemplos de Yugoslavia y Libia, sostuvo, «Afganistán pone de relieve que EE.UU. solo puede llevarle un lío controlado a los pueblos a los que ha tratado de ‘hacer felices’ con su ‘democracia'».
«De hecho, su política es absolutamente cínica: saquear a un país y abandonarlo a la deriva. Tal vez esto les haya dado qué pensar a muchos políticos en muchos países, incluida Ucrania», comentó.
«No necesitan un califato mundial»
El experto militar calificó de «escenario para asustar» las suposiciones de que los talibanes lleguen a representar una amenaza para los países vecinos de Asia Central, específicamente Tayikistán, Uzbekistán y Turkmenistán.
«No van a llevar la guerra fuera de los límites de su propio país. Los talibanes son nacionalistas empedernidos y pronto expulsarán a los combatientes ajenos a Afganistán», dijo Shpak, refiriéndose a los miembros del Estado Islámico y otros grupos yihadistas de Siria e Irak que se habían unido al Talibán.
«Ellos no necesitan un califato mundial, como intentan crear los ultrarradicales islámicos. Necesitan Afganistán y lo han obtenido», aseguró.
Ahora lo que buscan los talibanes es conseguir el reconocimiento mundial como el poder oficial de su país, indicó.
El pasado domingo, los talibanes tomaron el control de la capital y dieron por finalizada su ofensiva por todo Afganistán. El presidente Ashraf Ghani renunció a su cargo y abandonó el país. Los avances de la insurgencia en las últimas semanas siguieron a la retirada definitiva del contingente internacional liderado por EE.UU., iniciada el pasado mes de abril.
Tomado de RT
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