James Monroe fue el quinto presidente de Estados Unidos y ocupó el cargo dos veces (1817–25). Compartía con Thomas Jefferson la idea de que el crecimiento territorial, por apropiación o compra, conduciría a la consolidación política del país. Siguiendo el modelo de la Compra de Luisiana en 1803, Monroe colaboró con su secretario de estado, John Quincy Adams, para convencer a España de vender la Florida a EE.UU. en 1819.
Latinoamérica, siempre ha estado bajo el ojo avizor y la boca de tiburón del imperio estadounidense. Siempre como como un ave depredadora para caerle encima a nuestras naciones.
Leer el documento de Santa Fe 1, facilita entender a fondo la política imperial de los Estados Unidos, muchas de ellas puesta en práctica en los tiempos de hoy.
Este documento fue elaborado por un grupo de estadounidense conservadores, militares neonazi e intelectuales de la extrema derecha, a modo de sugerencias y recomendaciones para Ronald Reagan, (1980) presidente electo de los Estados Unidos. Ulteriormente se dió a conocer el Documento de Santa Fe 2.
Entre los puntos agendado en esos documentos estaban: diezmar a la intelectualidad de la izquierda y progresista; 2.priorizar en los medios , la presencia de pensadores, políticos de derecha; 3. Promover regímenes de derecha y afines a los Estados Unidos; alianzas gobiernos con el argumento de la lucha contra el narcotráfico y por vía instalar presencia militar.
Como se puede ver, una visión y programa doctrina, con que se conducía los Estados Unidos, con relación a Latinoamérica.
Hoy, esos objetivos siguen vigente. Fundamentalmente dos: 1. Garantizar su hegemonía en la región, frente a otros bloques de poder planetario. Sobre todo China y Rusia. Lo que lleva a los Estados Unidos evitar con todos los medios posibles, gobiernos progresista que prioricen la soberanía y la independencia; 2. Como lo han señalado, altos ejecutivos de sus Fuerzas Armadas, entre ellos, la general Laura Richardson, quien ha dicho que Latinoamérica es su traspatio y que está región es rica en minerales estratégicos para el desarrollo militar y de alto valor tecnológico.
Hoy esa visión de Sante Fe 1, reverdecer aunque con un discurso en la forma, el Monroismo, que asimila el narcotráfico a terrorismo. Presiona a la región, a suscribir pactos militares que den presencia militar en los territorios nacionales. A lo anterior se agrega, la política de USA, de prohibir a nuestras naciones, relaciones con China.
En nuestro caso, Panamá, esos objetivos los instrumentalizan, para diezmar la soberanía e involucrarnos como su aliado en su guerra contra China y el narcotráfico. En ambos casos imponiendo su presencia militar y de aparatos de inteligencia , en nuestro territorio nacional.
En este contexto, promueven la política de que sus intenciones son amigables, a pesar de que el presidente Trump, no oculta sus intenciones de convertir a Panamá, en un protectorado y expropiar el canal o administrarlos, aunque para ello tenga que pactar con los jefes de la fuerza pública del país.
Estamos transitando por una zona muy peligrosa. La pusilanimidad del gobierno no ayuda a salir de esta encrucijada. Teme al pueblo y por ello no lo convoca, a defender la soberanía y la integridad del país.
Lo reitero, solo la unidad nacional movilizada tiene el poder de conjurar esos demonios del imperialismo, que minan nuestro sentido nacional y patriótico.
El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
