Cierre de mina y conciencia social

Juan Jované

Luego de nuestro artículo titulado ¿Inspección o Tour a Cobre Panamá?, no han faltado las voces, vinculadas a algunas organizaciones, que han salido a defender la visita inspección – tour, realizado a las instalaciones de la minera. Para hacer docencia, resulta, necesario, con un mayor conocimiento de lo ocurrido en la misma, reafirmar que fue un grave error la asistencia de dichas organizaciones, dado que la misma objetivamente favoreció los intereses de la transnacional y del gobierno de turno.

Quizás una prueba fehaciente de la carencia de utilidad del tour minero esté en el informe que uno de los participantes hace de la misma. Según este no solo se asistió sin que estuvieran claros los objetivos de la visita, sino que: “durante el recorrido se permitió que se realizaran preguntas, sin embargo (sic) se desconocían los datos o simplemente se señalaba que después se daría, cosa que no se hizo”. Esto debió ser motivo para que se abandonara de inmediato y denunciar públicamente esta situación. De acuerdo al diario La Prensa del domingo 14 de noviembre, uno de los grupos participantes en el tour habría manifestado que lo que se dio “fue meramente un recorrido en el que apenas se pudo visualizar el estado real de la mina”.

Antes de seguir adelante es conveniente establecer que el comunicado de Cobre Panamá del 11 de enero, el cual se refiere a la llamada inspección al sitio de la mina, dice textualmente lo siguiente al referirse a los asistentes: adicionalmente, participaron como observadores 11 representantes de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)… . Si esto no es cierto le toca a ese organismo dejar en claro la situación, lo que hasta el momento de escribir la presente nota no han hecho.

Sin embargo, según las voces que defienden la postura de UICN, ha tratado de argumentar que esta es un organismo ambientalista estrictamente técnico, de manera que, no siendo el mismo un movimiento social, no tiene ni la capacidad ni el interés de introducir los problemas sociales como una variable de sus análisis. La pregunta es si se puede ser realmente ambientalista sin incluir en el diagnóstico y diseño de políticas los factores sociales.

De hecho, autores tan importantes entre ellos David Harvey, uno de los padres fundadores de la Economía Ecológica, han insistido en que la única forma de entender los acuciantes problemas ambientales es con una visión transdisciplinar, es decir holística, en que combinen los saberes de las llamadas ciencias naturales con los saberes de las ciencias sociales. Se les puede preguntar a quienes pretenden ser inmaculadamente técnicos, como explicar la actitud humana depredadora sobre la naturaleza, sin entender como son las instituciones y las relaciones sociales que impulsan ese tipo de actividad, la que ha llevado a la aparición del concepto de Antropoceno. Más aún, como también lo ha destacado Herman Daly: ¿podría estarse preocupado por las próximas generaciones, si no se es capaz de preocuparse por todas las injusticias económicas y ambientales que se observan en las actuales generaciones. Por su parte el desarrollo de la Ecología Política, cuyo autor más importante es Martínez Alier, tiene claro que tras los conflictos ecológicos existen relaciones de poder.

Enfocando el problema del cierre de la mina, en que se nos insiste que la mesa de la UICN es simplemente técnica y que se está haciendo lo que siempre han hecho dichas organizaciones, es conveniente hacer una pregunta: ¿se puede cerrar una mina solo con criterios técnicos, dejando de lado los criterios sociales? La respuesta es obviamente negativa.

Es claro, por ejemplo, que las diversas guías para el cierre de las minas, tal como es el caso de la Integrated Mine Closure de la ICMM (2019) y de la Mine Closure: A Toolbox for Goverments del Banco Mundial (s/f), llaman la atención de que el proceso de cierre debe ser guiado por una imagen – objetivo (visión) sobre la situación que se espera que exista al terminar este proceso. Además, aclaran que esta imagen tiene que contener una visión del uso de la tierra luego del cierre, lo que solo se puede definir a partir de un proyecto económico – social – ambiental. Por su parte, la Guía Metodológica de Cierre de Minas de Ana Luisa Morales y Michael Hantke Domas, publicada por Cepal (2020), destaca que “el plan de cierre será el documento que contenga las acciones, ambientales, sociales, y legales que la empresa… deberá realizar para cerrar la mina de manera correcta (subrayado nuestro J. J.). En pocas palabras no se pueden omitir los problemas sociales en nombre de lo técnico. Desde luego, como dice una de las voces críticas, no se trata de hacer consigna, se trata de entender el problema y manejarlo con un criterio holístico.

En otros aspectos, los críticos de la crítica, señalan que la UICN “decidió nada sobre los criterios de la gira”. Si esto es cierto: ¿Cómo asistir a una gira en la que no se tenga ninguna posibilidad de incidir en los criterios de la misma encabezándola junto al ministro del Mici, el insostenible ministro de Ambiente?

Sobre los ataques personales de las voces críticas queda recordar la frase que unos atribuyen al Quijote: “Si los perros ladran Sancho, es señal que cabalgamos”. A mis casi 79 de años de edad siempre he mantenido una conducta independiente, apegada a la ciencia y a los intereses de la población, sin recibir por ello recompensa económica o la seguridad de un puesto de trabajo. Ya en el 2011 publiqué sobre la incompatibilidad de la sostenibilidad y la minería a cielo abierto, mientras que, en  mi candidatura independiente a la Presidencia en 2014, dejé explícita mi oposición a esta forma de minería en el Plan de Gobierno propuesto.  Agradezco a una de las voces críticas que a mi edad me haya deseado “larga vida y salud”. Mientras la tenga seguiré en la lucha por un Panamá democrático, equitativo y ambientalmente Sostenible.

Panamá 15 de enero de 2024

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