Un enclave a 40 y más años.          

Por Ramiro Guerra M.     Abogado y cientista político.    

El estribillo de la alianza gobierno First Quantum (minera cobre Panamá).»El contrato firmado por el gobierno y la empresa, es mejor que el anterior” declarado inconstitucional por la Corte Suprema. Veamos, como va a ser mejor, tratándose de una mina a cielo abierto. Se podrá limitar el impacto negativo al ecosistema, pero no evitarlo. Cómo va a ser mejor, si se viola la soberanía y nuestra jurisdicción del espacio aéreo; como va ser mejor, cuando se le cede miles de hectáreas de tierras que igual serán objeto de extracción de oro, cobre y otros minerales; como va a ser mejor, un contrato con una duración a 40 años y más. Etc…

El gobierno negoció, como si el cobre, el oro y otros minerales, fueran de la empresa. Una posición cipayo y antinacional. Recuerdo cuando el Dr. Marcel Salamín, renunció a su condición de negociador. «Esa empresa se comporta como si fueran dueño de esos recursos minerales». Y lo más lamentable, los negociadores de Panamá, guardaron sepulcral silencio.

No se requiere esfuerzo para entender que, ese contrato da forma a una economía de enclave. Los panameños ya hemos vivido en carne propia y con gran escarnio y dolor, las terribles consecuencias de ese tipo de economía. La United Fruit Company y la Zona del Canal.

El gobierno negoció bajo presión. Firmas de abogados al servicio de esa empresa canadiense, sugestionaron al gobierno de Cortizo, que si no había contrato, le lloverían demandas multimillonarias en el plano internacional. La presión le dio resultado.

Ese contrato si se llegara a aprobar, será fuente de contradicciones, conflictos con la nación panameña.  Esta empresa Quantum, por sus acciones deja claro que, es abusiva y les resbala y les resbaló la integridad del estado y su soberanía. Estuvo y siguen operando ilegalmente y hasta llegaron a aseverar (inventar que su concesión duraba hasta el 2035).

El hecho de reconocer una suma irrisoria por violar las leyes, la retrata de cuerpo entero. 

Panamá no necesita de migajas para echar para adelante. Menos cuando las lesiones serán más grandes que los beneficios que alegan los aliados gobierno y la empresa minera. Y obviamente las grandes firmas oligarcas, es decir del poder económico. Cuando un negocio como éste, le causa más perjuicios que beneficios al país, es prudente suspender toda actividad minera que, se devuelva el valor de todo lo extraído ilegalmente y cuando tengamos un mejor contrato y seamos tratados como socios iguales y garanticemos un menor daño al ambiente, entonces podremos aprovechar esos recursos que son de la nación, es decir, de todos los panameños.

“YO NO VENDO MI PATRIA”, ESCRIBIÓ MATEO ITURRALDE.

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