Por: José Dídimo Escobar Samaniego
Desde hace algún tiempo, las fuerzas militares de Ucrania están bombardeando, afortunadamente, sin suficiente puntería, su propia central atómica, la más grande de Europa de la región de Zaporizhia, construida en su momento por la Unión Soviética, en lo que constituye una auténtica autofagia, que borraría del mapa a Ucrania y gran parte de Europa.La central nuclear de Zaporizhia, la mayor central nuclear de Europa y la tercera del mundo, situada en el sureste de Ucrania, fue blanco de disparos nuevamente el día de hoy. En la actualidad la central esta bajo control del Ejercito ruso, que a pesar de la guerra, no ha interrumpido su servicio de generación de más de 2,850 Megawatts de potencia que le sirve a Ucrania.
En varias ocasiones y recientemente con mayores intentos de generar un caos nuclear, «afortunadamente, los proyectiles ucranianos no alcanzaron la instalación de petróleo y combustible y la planta de oxígeno cercana, evitando así un incendio mayor y un posible grave accidente de radiación” según fuentes independientes localizadas en el terreno de los hechos.
Una cosa es la guerra y sus leyes, y otra la extorsión a toda Europa y a la humanidad a cuento de que les es lícito a Ucrania, todas las acciones, para sus propósitos.
Las acusaciones de que quienes han bombardeado la central son los rusos, se cae de su peso porque son los rusos quienes están controlando en el terreno, desde hace más de seis meses esa Central. En el día de hoy, Ucrania volvió a atacarla, pero las consecuencias de este hecho irracional, lo pagarán precisamente los pueblos y gobiernos que hoy sufren serias limitaciones por tratar de apoyar a ese país, que hoy los extorsiona y los expone, incluso, a ellos mismos.
¡Así de sencilla es la cosa!
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