El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Enrique Avilés
Es increíble ver las salidas de Estado que pretende hacer un ejecutivo molesto por no entender la coyuntura que le toca vivir ante un imperio, que ha cambiado o muestra cambio absoluto de su proceder, hoy más expansionista qué nunca y con claras notas de decadencia, un imperio desfasado a nivel comercial y político militar estratégico, que sólo le queda un backyard o patio trasero, y que siendo así su intransigencia es absurda y contraproducente. Nuestro ejecutivo no entendió que la escena cipaya no es la misma de los 80’s o sus dorados 90’s.
Para el ejecutivo, parece ser, que ofrecer información de ruta ante una amenaza de agresión militar, o de baja intensidad en el menor de los casos, le molesta, lo ofende o lo pone furioso… Cómo así? Si se supone que usted es líder democráticamente electo por un pueblo y que su obligación y responsabilidad es atender y defender los intereses de ese pueblo. No es su labor hacerlo sentir desprotegido. ¿De qué estamos hablando? Acaso hablamos de una democracia para elegir, o sea votar como tontos, sin derecho a exigir a nuestros elegidos a representar la voluntad popular? De ser así, asistimos a una democracia vacía de contenido y meramente superficial, tal cual como le gusta a la oligarquía, qué se llena los bolsillo a costa del estado y aupa disimuladamente la corrupción.
Ver como toda manifestación de soberanía ante la coyuntura es cercada por los bien guardados estamentos de seguridad represores qué, desde hace ya más de 30 años son los guardianes del poder económico, pues son aquellos que tienen todo tipo de aumento a su jubilación especial, pues son los únicos con esa condición en este país, independientemente de la ley de seguridad social que trata de imponer el ejecutivo, no da nada más vergüenza, sino tristeza total. Ante la coyuntura, esa fuerza represiva e ignorante de lo antidemocrática qué es, sale a provocar a manifestantes, a reprimir y hasta a ver como los judicializa, como fue el caso de la estudiante agredida por un oficial de la policía, lo que fue una pena total para la institución.
Por qué en vez de eso sr. Mulino, usted no saca las tropas y efectivos militares estadounidenses que bajo un acuerdo turbio y poco explicado ocupan desde el año pasado el aeropuerto de Panama pacific, ante un estado que se plantea agresor brutal, en vez de cederles otra posible base en Darién, sin consulta ciudadana de ningún tipo, tal cual si fuéramos un rancho de su propiedad. Su “estrategia secreta” da pánico y da a entender que es contraria a un pueblo que tiene un siglo de pedir no solo paz y no agresión, sino soberanía y autodeterminación. Viva Panamá sin un ejecutivo que le falta la sabiduría ante una agresión de sus hijos, que sea la voluntad de sus hijos la que prevalezca en sus reclamos y no la cobardía quien lo único que trae es la miseria de los pueblos a costa de minorías apátridas.
El autor es historiador.
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