Lic. Víctor Collado S.
El pasado fin se semana se cumplió la afamada visita del Secretario de Estado de los EU a la ciudad capital.
Cuesta asimilar que después de tanto lenguaje templado y amenazante en términos descomedidos y sin guardar prudencia alguna, dichos por el Presidente Trump, como por el sr. Rubio, el asunto haya terminado, como se ha querido que así se vea en Pmá, con intercambios dulces, lenguaje diplomático divagante y aéreo, votos y deseos por la paz regional, siendo que vía contraria han resultado incontenibles las posiciones contradictorias, desmentidos, pactos o compromisos sellados al amparo de una conversación ultra privada solo entre lo 2 protagonistas del evento.
Este maremagnun significa que algo más serio fue lo que realmente se habló, se arregló o se comprometieron
Obviamente que lo cortes no quita lo valiente y no se esperaba un rifirrafe al estilo de un patio limoso latino. Sin embargo, basta con que se fuera digno en todo momento.
Todo indica que:
Primero: lo que se llegue a conocer sobre la que ocurrió en el Palacio de las Garzas, lo sabremos, primero, desde los EU,
Segundo: las consecuencias verdaderas de la visita se están viendo y se verán a un futuro no muy lejano, y esos efectos no estarán determinado por lo que aclaren o expliquen uno u otro. Los hechos, como siempre, le darán a las palabras su contexto y la dimensión exacta sobre lo que se dijo y/o se comprometieron tanto en la presidencia como en el encuentro con el administrador del Canal,
Tercero: lo de tomarse el Canal, sea una apariencia o realidad, sería necesario considerar en cualquier caso, el contexto general donde hay pretensiones crematísticas del circulo cero de la Casa Blanca, fases de una guerra literal entre potencias mundiales y fines particulares geopolíticos de reposición yanqui frente a eventos que ellos presienten, y
Cuarto: el gobierno, sea por temor, exceso de cautela, debilidades o por cualquier causa, no hace nada o muy poco, para salir del caracol desventajoso del bilateralismo, olvidando que la internacionalización del tema canalero, por gestión torrijista, sin precedentes, hizo posible que, sumando la unidad nacional, se superara un dilema mucho más difícil: eliminar el Tratado de 1903 con todo lo que eso le reportaba al País.
Por el momento, inflar los discursos o repintar las pancartas, no sería lo sensato ya que eso apenas alcanzaría el nivel de una imaginación sobremotivada o para abultar exposiciones mediáticas.
Teniendo como auténtica la versión del vocero de la Secretaría de Estado en el sentido que los EU esperara lo «cambios inmediatos» con respecto a empresas de control chino en el área del Canal porque de lo contrario ejercerán las medidas que les concede el Tratado vigente de Neutralidad, hace indispensable ponerle los ojos y oídos a la auditoría que hace la Contraloría en la Hutchison porque por allí podrían salir los segundos tiros sobre el «cambio inmediato» que exige los EU, sabiendo que tras el primer disparo la víctima fue la Ruta de la Seda.
Trump no ha bajado su recurrente belicosidad contra Pmá. y difícil que un desquiciado de su tipo, vaya a quedarse con las manos vacías después de tanta alharaca.
Le corresponde al pueblo panameño mantenerse con pies ligeros para la militancia, dejando en reparación los aperos de labranza pero manteniendo un celo inclaudicable en los caminos siempre con la carabina montada al hombro. 4 Hay varios Likes:) Gracias...