Entre politólogos te veas.      

Por Ramiro Guerra M.  Abogado y cientista político.   

   

La transición de los regímenes militares hacia la democracia. Se toma como punto de partida de la vuelta a la democracia de los procesos electorales que sobrevinieron cursado la fatídica invasión a nuestro país en 1989. Pero me pregunto, a que democracia se refieren algunos politólogos. La democracia en sentido abstracto, sin ninguna referencia a las cuestiones de hegemonía, dominio, clases sociales. A la superestructura que sobrevino sin ninguna referencia a los actores en la matriz económica y sus actores dominantes.

Estos politólogos, no entran a analizar cómo la invasión, marcó un momento de inflexión que, propició el retorno de una hegemonía total de los grupos de poder, cuya ascendencia sobre el estado, estuvo relativizada por los regímenes castrense.

Cierto que estos últimos pervirtieron el desenvolvimiento de una democracia efectiva, de limitación de libertades y derechos fundamentales. Pero de allí, a señalar que lo advenido como democracia fue un reino de ángeles y dechado de virtudes, es totalmente falso. ¿cómo explicar el rápido agotamiento de las instituciones que se denominaban democráticas, hoy pervertidas y agravadas por el síndrome de la mediación prebendaria?

Error concluir que, la crisis que vive la democracia, se explica solo por la degradación de la política a su nivel más bajo.  Este análisis es poner la pata de la mesa hacia arriba.  Lo que advino como democracia fue una versión reciclada de lo que fue la democracia liberal representativa, formal, que en1968, fue despojada de su control del estado.  Hoy, mismos vicios y taras del pasado. Partidos electoreros, clientelista y cínicamente oportunistas. Su máxima, el poder por el poder cofradía de intereses.

Los politólogos, algunos, cuando teorizan la crisis de la democracia, evitan ir al fondo de esta crisis. Se quedan en la epidermis y nada dicen sobre que, esta crisis es una proyección de la hegemonía y control de los grupos de poder económicos, que juegan a reglas pervertidas de la democracia que mejor sirve a sus intereses. Como escribí en un artículo de opinión, se han preguntado de dónde proviene esa masa de dinero, que pivotea el clientelismo y lo irradia como método generalizado de hacer política.

La crisis de eso que hoy llamamos democracia, va más allá de políticos y partidos. Existe un modelo de pensamiento que vende y recrea el concepto de la democracia como sinónimo de elecciones. Ocurrido tal evento, volvemos a los conceptos y métodos de exclusión. De una democracia que oculta una tiranía de un poder (fáctico) que, se localiza en los factores reales de poder, en su matriz económica, sobre todo las que hegemonizan el poder del estado, sin necesariamente ser gobierno formal.

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