El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Ramiro Guerra. (RG). Abogado y cientista político.
Lo anterior no quita lo preocupado por la suerte que puede correr el país, en eso que llaman, el retorno a la nueva normalidad.
Recién leo unas declaraciones que dio, mi paisano Olmedo Estrada, economista al igual que, el ing. René Quevedo, pintan un panorama sombrío. Nunca antes se había perdido tanto empleo formal y nunca antes, la pequeña empresa, ha sido duramente golpeada. Estrada, apuesta a que más allá del 31 de diciembre, el gobierno tenga que prorrogar sus políticas asistencialistas e implementar políticas claras de contención del gasto público, sobre todo en gastos suntuarios y no necesarios.
Quevedo, apuesta a una política más agresiva, desde el punto de vista financiero, para sacar a flote a la pequeña empresa. A lo anterior, la informalidad no para de crecer; lo mismo que, el desempleo afectando a los jóvenes.
Lo de un Panamá sombrío, no es un decir; es la realidad de los varios Panamá que existen. Para rematar, un FMI y otras instituciones de finanzas como el Banco Mundial, tratando de imponer al país el que hacer; entendible, su negocio es cobrar. Maquillar la realidad, puede resultar un boomerang, de regreso te da golpe en la cabeza.
No hay capacidad de autocrítica; las autoridades tímidamente admiten errores, pero no hay el cambio de rumbo, que a gritos pedimos los panameños, más de los que están en ese tramo de la pobreza y extrema pobreza.
Lo he escrito y lo reitero, hay que abrir el abanico de la participación social y un gabinete tiene que ser la expresión de ello; claro con enfoques renovados del cómo poner la economía a caminar.
En el arte de gobernar, lo de magister dixit, no es democrático. Los gobernantes deben evitar que la realidad que cuenta, no es la que ellos apriorísticamente construyen.
El pueblo pide respuestas y soluciones, a su precaria existencia humana. No son tiempos para discursos histriónicos.
Una reactivación de la economía, para su éxito, tiene que estar ligado a políticas de real equidad social. En el tema de la Caja de Seguro Social y en particular el programa de IVM, la soga se acorta. Temo que, de la noche a la mañana, nos salgan con medidas draconianas, que el pueblo no entenderá, más cuando golpearán duro.
Las preocupaciones externadas los dos profesionales, son válidas. Que no se pierda lo poquito de equilibrio social que existe. El denominado pacto social para la gobernabilidad no llega. El tiempo corre contra el país y todo el pueblo panameño.
Optimismo sí, pero no perder el sentido de captación de lo real del entorno social. Son tiempos donde todos somos importantes; hay que escuchar lo que el pueblo dice; el que más consulta menos se equivoca. No al magister dixit en la política y del poder.
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