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NEGOCIACIONES MINERAS (Segunda Parte)

En las últimas cinco décadas, desde una visión progresista para aprovechar y dimensionar sus recursos mineros la nación panameña devino lamentablemente a un proceso de retroceso, mismo en el que hoy está inmerso con políticas y formas empresariales totalmente opuestas al modelo de desarrollo con empresas mixtas; incluso sin considerar opciones creadas recientemente como es la organización de asociaciones público-privadas.

En lugar de ponerlo en la mesa de discusiones, los políticos de turno están haciendo todo lo desastroso para dejar olvidado aquel modelo de desarrollo minero, que Panamá como estado puso grandes empeños por construir en época del general Torrijos. Así, también pretenden olvidar aquellas genuinas metas perseguidas para la integridad soberana, defensa del patrimonio nacional y derroteros del desarrollo económico, político y social más beneficioso a la población.

A continuación, la Segunda Entrega de este enjundioso trabajo que, sin aspirar a ser un tratado minero, si tiene el compromiso de examinar todas las aristas posibles de este importante tema para la Nación. El presente escrito analiza las negociaciones mineras actualmente en curso en nuestro país. La primera parte se dedicó a exponer las temáticas de “los trasfondos globales y las visiones dominantes en Panamá”. Esta segunda parte se dedica al análisis de “los cambios en la perspectiva minera y defensa de los patrimonios nacionales en Panamá”. El Editor

 

 

Cambios En La Perspectiva Minera Y Defensa De los Patrimonios Nacionales En Panamá

 

 

 

Autor: José Antonio Gómez Pérez

Economista, Planificador. Catedrático Titular de la Universidad de Panamá.

 

Introducción

El presente escrito analiza las negociaciones mineras actualmente en curso en nuestro país. La primera parte se dedicó a exponer las temáticas de “los trasfondos globales y las visiones dominantes en Panamá”. Esta segunda parte se dedica al análisis de “los cambios en la perspectiva minera y defensa de los patrimonios nacionales en Panamá”.

Este ensayo busca contribuir al debate nacional aportando análisis y planteamientos de los eventos conceptuales y reales del quehacer minero doméstico y global, que posibiliten a los ciudadanos lectores organizar sus opiniones con mayor información, análisis y argumentaciones. Ojalá que ya para cuando los debates se pongan al rojo vivo, y sin duda se pondrán, segmentos importantes de la población panameña hayan fortalecido sus criterios y conclusiones para tomar posicionamientos convenientes, respecto a los temas conflictivos de la crisis imperante.

 

1 ─ PANAMÁ Y LA PERSPECTIVA MINERA: AVANCE Y RETROCESO.

Desde los años ‘70 del pasado siglo XX, el tema minero en el territorio panameño empezó a estar en la agenda sobre el desarrollo nacional, a la vez que ha estado convirtiéndose en un tema de controversias crecientes, puesto que la minería es un nodo multidimensional de actividades, contextos de gestión e impactos.

En la cuestión y discusión minera nacional, es evidente la existencia de variados grupos centrales de conflictos, entre los que se destacan cinco componentes muy esenciales, a saber:

  1. a) Las condiciones de soberanía, legalidad, regulaciones e institucionalidad.
  2. b) La conformación de la inversión y sus condiciones para generar real desarrollo integral nacional.
  3. c) Los aspectos económicos, tributarios, fiscales, y generación de empleo.
  4. d) La gestión de los recursos naturales y la sostenibilidad medioambiental.
  5. e) La gestión minera y sus efectos multiplicadores en las condiciones y derechos económico-sociales de la población.

A continuación se explican las diferencias sustanciales entre los dos enfoques principales: el Modelo Minero Desarrollista de Empresa Mixta y el Patrón de Concesiones Mineras Privadas

1.1.    EL MODELO MINERO TORRIJISTA DE EMPRESA MIXTA.

Pienso que el término más apropiado sería: “modelo minero promovido por el general Torrijos”. Sin embargo, emplearé una licencia de estilo literario que justifica utilizar el término figurado “modelo minero torrijista”; y así, queda una denominación sencilla y fácil de recordar. Esta figura sencilla, sugerida no sustituye los hechos.

Por un lado, las instituciones gubernamentales o políticas no oficializaron una temática o doctrina literalmente denominada modelo minero torrijista. Por otro lado, valorar la realidad presente es aún peor, ya que El Modelo Minero Torrijista no existe en tal actividad y sector del desarrollo nacional actual.

Es valioso contar con los análisis sobre el modelo minero impulsado por el General Omar Torrijos Herrera, incluyendo sus principios, pilares fundacionales, ventajas y dificultades; y también presentar reflexiones y lecciones que éste ha legado a la historia del desarrollo nacional.

A la postre, el curso minero ya registrado y el que está ahora ocurriendo, ambos deben ser comparados y evaluados a la luz de tal modelo minero torrijista. Esa visión-modelo es y será un patrón importante en la evaluación histórica de los principios nacionales de negociar los recursos patrimoniales, la modalidad de construir soberanía, interés y dignidad nacional, y bienestar con equidad social.

1.1.1. Empresa Mixta: Socios Al 50% – 50% en Capital y Utilidades.

Al correr los años 1972-77, el general Omar E. Torrijos Herrera, jefe de gobierno, y un grupo de ilustres panameños que trabajaban el proyecto cuprífero Cerro Colorado, forjaron una Visión sobre el desarrollo minero de Panamá; misma que, enriquecida con principios y criterios, pasó a llamársele: “Modelo de Empresa Mixta y Socios Paritarios en acciones de capital y reparto de utilidades”.

En el año 1975 surge un evento referencial histórico: es la Ley No. 41 de 01-8-’75, que creó la Corporación de Desarrollo Minero Cerro Colorado (Codemin) especialmente para planificar y emprender la exploración y explotación del proyecto Cerro Colorado, ubicado en la comarca Ngäbe Buglé, distrito de San Félix, provincia de Chiriquí. Este yacimiento está catalogado como uno con las mayores reservas de cobre en el mundo.

Esta visión primaria sobre perspectivas mineras se convirtió en un modelo formal para las negociaciones sobre los recursos minerales de Panamá; en ese tiempo, guardando bastante analogía con el proceso negociador en curso con EEUU sobre soberanía e independencia y la recuperación e integración nacional del canal y la zona canalera.

En concreto, el Estado panameño buscaba incorporar a corporaciones mineras mundiales a participar en la exploración y explotación de recursos minerales en Panamá; eso sí, bajo las tres consabidas reglas del modelo de empresa mixta paritaria en capital y utilidades.  Esta novedosa Visión-Modelo para asociación empresarial de proyectos mineros, en su esencia muy capitalista y progresista, se fundamentaba en tres pilares vitales, que a continuación se exponen.

(A) Empresa Mixta: Con Cartera Accionaria Paritaria Al 50%.

La organización empresarial minera correspondería a la modalidad de Empresas Mixtas, con la participación del Estado panameño y el Consorcio Multinacional Minero. De este modo, se fundaba la empresa mixta denominada Empresa de Cobre Cerro Colorado, S.A.

Así, el plan y estructura accionaria comprendería la cartera y justificación para reparto de las acciones, de la siguiente forma: el 50% para el accionista aportador del recurso mineral natural, sus infraestructuras aprovechables y condiciones evidentes para acceso a los mercados internacionales; y el otro 50% para el accionista aportador del capital, tecnología y gestión comercial.

Se destaca que esta cantidad accionaria funcionaría como el tope referencial para el Estado panameño. Quedaba sobreentendido, que la cuota de 50% de acciones para el Estado funcionaría como meta preferencial o ideal, por lo tanto podría tener flexibilidad, siempre manteniendo este contexto de lo ideal a largo plazo.

(B) Reparto Paritario de las Utilidades de Operación.

Bajo este criterio preferencial, cada parte accionista tendría acceso hasta el 50% de las ganancias de operaciones de la empresa mixta correspondiente. Quedaba sobreentendido, que a largo plazo la cuota de reparto de utilidades para el Estado funcionaría siempre como meta referencial ideal. Sin embargo, en el contexto de corto plazo podría establecerse una base con flexibilidad razonable menor al 50% acorde con el crecimiento de la amortización correspondiente a las inversiones; siempre y cuando esta cuota de reparto de utilidades para el estado crezca en función de la disminución de las amortizaciones.

(C) Respeto Pleno a la Soberanía, las Leyes y el Interés Nacional.

Respeto a la soberanía plena y al cumplimiento de la Constitución y leyes de la República de Panamá.

En tal momento histórico estelar para Panamá, decenas de corporaciones mineras multinacionales de alto perfil financiero, económico y comercial mostraron interés en participar en el proyecto Cerro Colorado, bajo el modelo descrito. Dos de ellas, en su orden, lograron concluir contratos formales. Al inicio, la Texas Gulf Inc. (TGI) multinacional minera norteamericana–canadiense; y posteriormente,  la Rio Tinto-Zinc Corporation (RTZ), multinacional minera del Reino Unido. La TGI aceptaba la regla paritaria desde el inicio; mientras que la RTZ propuso iniciar con 40% e incrementar posteriormente.

Profesionales de las ciencias sociales –economistas, sociólogos, historiadores, otros– buscando simplificar el título de tal modelo de negociación encontraron jergas más entendibles y amenas. Así, el modelo empezó a identificarse con distintas versiones cortas, amigables y fáciles de recordar, tales como: a) Socios Paritarios: mita y mita o fifty-fifty; y, b) Empresa Mixta paritaria en capital y utilidades.

1.1.2. Lecciones Históricas: Condiciones y Ventajas Principales.

Además de la síntesis de los tres pilares y criterios del modelo, hay otra síntesis importante que aglutina características referentes al ambiente internacional dominante y el ambiente interno, respecto a los roles que deparan las actividades mineras sobre el desarrollo económico estratégico nacional. Para ambos ambientes, se trata de ventajas principales, que se agrupan en cuatro conjuntos que resultan muy relevantes, y a continuación paso a explicarlas. En el fondo, esta visión hoy constituye una estrategia alternativa al predominante modelo colonial-neoliberal de concesiones privadas.

Primera: Empresa Mixta con la participación del Estado como accionista.

El Modelo Minero Torrijista propiciaba la creación de Empresas Mixtas con la participación del Estado Accionista Paritario, por ser el dueño absoluto y soberano del territorio y los recursos mineros. Así, por esta condición esencial el estado nacional no quedaba reducido a la condición de mero Ente Concesionario, esperando bondades de los “consorcios multinacionales propietarios de la concesión otorgada”. El carácter de Estado Accionista significa ser partícipe del capital del negocio y las valoraciones de este con el transcurrir del tiempo. En palabras simples: Un Estado Accionista no es un simple concesionario observador.

Segunda: Acceso a la cartera accionaria y al reparto de utilidades.

El modelo es preciso y directo, porque con tal asociación de capital , mita y mita, accede al control conjunto de decisiones de la estructura accionaria, el reparto fifty-fifty de las ganancias, y establecer capacidades directas e indirectas para criterios y controles en las actividades fundamentales de desarrollo minero. Esta regla de reparto significa contar con un estado nacional cerca y con accesos directos a la riqueza y ganancias que tal capital produzca. En la práctica, esta es una función mayor, por encima de la otra función del estado receptor y cobrador de los impuestos, misma que tendrá sus condiciones de recaudación según las normativas tributarias nacionales.

Tercera: Posición organizativa ventajosa y progresista.

El Estado panameño se posicionaba organizadamente con Un Modelo ventajoso y progresista para formar asociaciones empresariales mixtas, el cual contaba con una base sólida y amplia de contenidos y contextos en: geopolítica, relaciones internacionales, economía y finanzas, organización empresarial, desarrollo social y gestión ambiental y controles de sostenibilidad; las cuales como conjunto le brindaban ventajas comparativas notables a la sociedad y población nacionales.

Cuarta: Fortalecer la capacidad de planificación nacional.

Aquellas negociaciones y contratos realizados con multinacionales mineras constituyen una experiencia extraordinaria sobre asuntos jurídicos, financieros y económicos, y en particular acerca de las normas que regularían la explotación de los proyectos mineros. Aquellos contratos, ejemplos de negociaciones dignas, deberían estar en la lista prioritaria, para la comparación con las condiciones y los parámetros mundiales hoy vigentes; y también con los resultados de las nuevas negociaciones oficiales que, en su momento,  realicen las administraciones públicas de la república de Panamá.

En los decenios ’70–‘80 del siglo XX, los paradigmas mineros no se constituían automáticamente en opciones panaceas o ideales supremos; pero, ciertamente por encima de dificultades existentes si alcanzaban a perfilarse como opciones aceptables y buenas; es decir: con resultados favorables los países que contaban con recursos estratégicos incluidos minerales, en contextos importantes de soberanía, dignidad e interés nacional de los estados y su población.

Un ejemplo contundente de lo ventajoso que este modelo de negociación ha resultado –y resultaría– para Panamá, lo constituye la empresa mixta Petroterminal de Panamá, S.A. (PTP), que desde 1979 opera el oleoducto transístmico de Panamá que conecta los océanos Pacífico y Atlántico, desde las comunidades de Charco Azul en la provincia de Chiriquí y la Laguna Chiriquí en la Provincia de Bocas del Toro.  Esta asociación de inversión representa una empresa mixta exitosa del estado panameño y capital norteamericano. Inicialmente, al estado nacional le correspondió un 25% de las acciones totales, por su aporte de posición geográfica y derechos para la construcción de los puertos terminales, en las riberas de ambos océanos. Posteriormente, la cartera accionaria del Estado panameño aumentó al 40%, misma que se mantiene en la actualidad y reportando muy buenos dividendos al tesoro nacional.

El aludido proyecto minero Cerro Colorado no fue puesto en producción, sin embargo, quedó una historia nacional con evidencias aleccionadoras importantes, solo hay que buscarlas y traerlas al presente. Del mismo hay mucho que aprender, por ejemplo en el contexto de planificación nacional y los estudios para organizar, decidir y medir impactos previsibles e inducir resultados convenientes.

En esos tiempos, la entidad nacional Ministerio de planificación y política económica (MIPPE) desarrollaba su visión estratégica y programas de largo plazo, con dos escenarios de crecimiento e inversión pública, con y sin el proyecto minero cerro colorado. Igual situación ocurría en la entidad de energía: el Instituto de Recursos Hidráulicos y Electrificación (IRHE) que mantenía preparado el plan de expansión nacional de energía eléctrica, considerando estos dos escenarios básicos, con y sin la puesta en marcha del proyecto.

 

1.2.    EL RETROCESO HISTÓRICO DE LA PERSPECTIVA MINERA DESARROLLISTA EN PANAMÁ.

 

En julio de 1981, con la muerte física del genera Torrijos, fueron cambiadas la agenda del estado nacional y sus prioridades, y comenzó el funeral del modelo minero torrijista. Cual balance histórico, el final de esta historia podría parodiarse como tragedia.

Al modelo minero torrijista nacionalista prometedor le cortaron la cabeza. Coronaron rey al viejo modelo del patrón concesionario privado de corte semicolonial.

1.2.1. El Proceso de Abandono del Modelo Minero Torrijista.

En primer orden fue la disociación o clausura de sus entidades representativas; por lo que el proyecto mixto público-privado Cerro Colorado S.A. fue postergado y luego congelado; posteriormente, Codemin, su entidad estatal promotora, fue clausurada. En segundo lugar, se empezó a disgregar la atención estatal al tema minero nacional, y junto con ello, también inició el proceso de esconder o desvirtuar el propio modelo minero.

A la postre, en 1983-84 el proyecto Cerro Colorado fue descartado debido a que: las condiciones de precios internacionales fueron de riesgos elevados, abajo de USA dólares 1.15 por libra, estrecho para el costo local de extracción; y también, porque tuvo oposición considerable en contextos diversos, en su orden de relevancia, políticos, indigenistas y ambientales. En esa época, la inversión que se requería para poner en producción tal proyecto era de 3,500 millones de USA dólares, el equivalente cercano al presupuesto nacional del estado en ese entonces.

Ciertamente, en esos años las ambiciones políticas criollas, con el retorno de los partidos electorales tradicionales, se plantearon metas para desarticular la política del general Torrijos. Ya no podían impedir el éxito del Tratado Torrijos-Carter, entonces se concentraron en otros componentes desarrollistas; y la visión-modelo torrijista del desarrollo minero fue uno de tantos otros objetivos. (La transición electoral 1979-84 se aleja de los objetivos de este escrito)

Las administraciones presidenciales panameñas post invasión de 1989 tomaron otras direcciones opuestas y desfavorables, ya entonces con la egida y empuje del neoliberalismo mezclado con viejas y nuevas prácticas coloniales. De esos años ‘90 están hitos contundentes del modelo-patrón de concesiones privadas y como éste se impuso.

Un primer hito representa el grupo de concesiones mineras para extraer oro de los años 1990 y sus escándalos laborales, económicos y ambientales. El segundo hito lo constituye la Ley No. 9 de 26 de febrero de 1997 aprobada en la administración de Ernesto Pérez Balladares,  y que otorga la concesión y contrato para la Sociedad Petaquilla, S.A. sobre el yacimiento Cobre Panamá en Donoso, Colón.

Transcurrieron sucesivamente otras cuatro administraciones públicas y la situación de tal contrato-ley 9 de 26-2-‘97no cambió en nada. El mismo sería declarado inconstitucional en 2021; y que en los años 2022-23 es epicentro de variadas controversias por infringir la soberanía e interés nacional.

 

1.2.2. Significado de la Retoma del Patrón de Concesiones Mineras Privadas.

En los años ’70 del pasado siglo XX, el modelo minero torrijista, ya descrito, se sustentó en condiciones internacionales ventajosas en la economía mundial; ambas son temáticas, que ya explicamos en la anterior segunda sección y en los puntos primeros de esta tercera sección.

En los años ’20 de este siglo XXI, aquellas condiciones han sufrido cambios significativos, como consecuencias del predominio de la desventajosa visión y política neoliberal y el aumento desmedido del poder del capital financiero y especulativo internacional. De hecho, estos cambios registrados no implican que actualmente todas las negociaciones mineras tienen por destino mecánicamente ser nefastas o perdidosas.

En el transcurso de las últimas cuatro décadas, el abandono del modelo minero torrijista condujo a la vuelta y retoma del patrón mercantil de las concesiones mineras privadas, con los consabidos fines lucrativos y metas descomedidas; y mismo, que bajo la égida del neoliberalismo financiero enseguida queda tipificado como un modelo con características de corte semicolonial, saqueador y avasallador.

En esta controversia histórica, su meollo consiste en que el abandono del modelo torrijista de negociación minera ha significado un enorme retroceso histórico para la perspectiva minera desarrollista del país; principalmente porque ha impedido la creación de empresas mixtas, con el estado como socio en la formación de capital y el reparto de utilidades.

Hay que dejar constancia de que actualmente están surgiendo nuevos escenarios de interrelaciones sociopolíticas a nivel mundial, regional y nacional. Por ejemplo, en el pasado siglo XX, los problemas de desarrollo con sostenibilidad ecológica y la atención al cambio climático carecían de niveles amplios de dominio público como es actualmente.

También, los movimientos sociales de reclamos ambientales carecían de niveles significativos de organización como es ahora. Las presentes visiones mineras progresistas tienen el deber de atender estos cambios en formas convenientes, e igualmente incorporados en las estrategias y agendas de discusiones y negociaciones.

En fin, vivimos el año 2023, y en Panamá es evidente que todo este retroceso histórico registrado al abandonar el modelo minero torrijista es causal y parte fundamental del actual conflicto minero nacional. Es muy lamentable que los conceptos, contenidos y experiencias de aquellas negociaciones, actividades vislumbradas y escritas en los años 1975-83,  hoy lucen cuales páginas extraviadas, poco recordadas, omitidas u olvidadas.

 

2 ─ PANAMÁ: SUS EXPERIENCIAS DE NEGOCIACIÓN INTERNACIONAL

      DE PATRIMONIOS NACIONALES.

 

Entre panameños,  vienen escuchándose diversas opiniones públicas sobre las negociaciones mineras y otros eventos trascendentales del país. Son frecuentes dos planteamientos, que a su vez giran en torno a preguntas que los ciudadanos se hacen, a saber:

  1. a) En Panamá, la visión anticolonialista perdió consistencia, con la devolución de la Ex Zona y el propio canal interoceánico.
  2. b) En Panamá, la filosofía y práctica del alpinismo generacional se está olvidando.

2.1.    Panamá: Los Roles Del Anticolonialismo y El Alpinismo Generacional.

Al respecto, no dispongo de resultados encausados con métodos estadísticos y encuestas directas; sin embargo, si están disponibles instrumentales de percepción, que permiten establecer conexiones lógicas de hechos y estos planteamientos, así como extraer conexiones de tales interrogantes y ordenar respuestas analíticas. A continuación, mis respuestas y las argumentaciones respectivas.

2.1.1. ¿La Visión Anticolonialista Perdió Consistencia En Panamá?

Estimo pertinente aclarar un par de puntos, antes de responder. Esta idea no debe tomarse como una pregunta directa, tampoco es indirecta. Creo que debe considerarse una pregunta abierta; y como tal, se abre la puerta a un debate con riquezas de respuestas al tema, y que luego se puedan sistematizar sin dificultad.

Así, a dicha interrogante original mi respuesta es: No. A mi juicio, tal planteamiento carece de una validez absoluta.  Explico mi respuesta.

Desde el siglo XVI la historia de la población de Panamá ha venido evolucionando y comprendiendo los colonialismos, abierto o mediatizado, como sistemas de dominación y control, desde lo humano y espacial hasta lo jurídico, social y cultural.

Desde muy temprano en el siglo XX, tras los eventos separatistas del 3 de noviembre de 1903 y la calamitosa intervención imperial norteamericana, la acumulación de memoria histórica nacional anticolonial estuvo en crecimiento permanente y extraordinario, a un nivel muy maduro; mismo que se convirtió en pilar fundamental de la motivación anticolonial, para desarrollar las luchas por la integración del territorio y estado nacional.

Los históricos eventos, uno: el rechazo al Tratado de bases militares Filós–Haine en diciembre del año 1947; y luego, los acontecimientos de enero del año 1964; ambos constituyen dos evidencias contundentes de gestas patrióticas y anticoloniales. También, importante es destacar otros dos acontecimientos históricos. Primero, todo el período de negociaciones de los años 1964-1977, para lograr la formulación y aprobación del Tratado Torrijos–Cárter de 1977. Segundo, los 23 años de ejecución de lo pactado el TTC ’77, que desde 1 de octubre de 1979 hasta el 31 de diciembre de 1999 constituyó un largo período de vigilancia nacional del cumplimiento del calendario descolonizador.

Esa trayectoria monumental no se ha perdido; además, tiene fundamentos de nacionalismo y dignidad que no se deforman con facilidad.  Seguro, si hay que fortalecer tal trayectoria histórica con bríos renovadores, muy en especial en todas las instituciones de cultura a toda la población, y aquellas de educación a la juventud.

En el presente siglo XXI, a Panamá le corresponde entender convenientemente la naturaleza de los cambios de sus desafíos presentes.  En el pasado, fue más fácil comprender el sentido de las luchas por el canal, la ex zona y la soberanía, debido a los contenidos vivenciales directos. Como poéticamente lo expresa la canción popular, se trataba de la propia sobrevivencia de la bandera nacional, sobre aquella extranjera e imperial.

Actualmente, a la población le cuesta más comprender el saqueo y la usurpación de los recursos mineros, las fuentes hídricas, el acceso a puertos, tierras fértiles, etcétera. Ello, no tanto porque sean procesos más complejos, sino porque aún no se han explicado con claridad suficiente; y también aún las organizaciones sociales de actores cuentan con niveles organizativos débiles.

Estoy convencido que los conocimientos y consistencias requeridas también están creciendo y crecerán mucho más. A pesar de la corrupción reinante ya están en esas dinámicas, por nuevas luchas por relaciones justas de comercio internacional, por un ambiente sostenible y sano, por una vida digna. Se trata de luchas con formas distintas a las del siglo pasado, que ya están socialmente tomando calor, y espesándose. Es cuestión de más tiempo. Para todos los profesionales conscientes, mujeres y hombres, mucho espacio hay en esta dirección de trabajo para los cambios requeridos.

 

2.1.2. ¿La Filosofía y Práctica del Alpinismo Generacional Se Está Olvidando?

En Panamá, generalmente la noción de “alpinismo generacional” tiene significados históricos muy importantes, en especial para los procesos de negociaciones internacionales, principalmente en el contexto de la soberanía, recuperación de la zona, y la integridad del estado y la nación.

En una forma sencilla y práctica, el concepto alpinismo generacional corresponde a: Los resultados que logra alcanzar la presente generación con sus negociaciones y métodos, los cuales superan en forma notable los resultados obtenidos por la generación anterior. Además, se sobreentiende que las negociaciones implican que cada generación se apoya en el trabajo bien logrado de la anterior, y utiliza el acervo acumulado para lograr mayores méritos nacionales.

En este tema controversial, ciertamente el meollo lo constituye el abandono del modelo torrijista de negociación minera, por la retoma del patrón de las concesiones mineras privadas. Así, en Panamá se produjo el vigente retroceso histórico que vive la perspectiva minera; el cual ha impedido la creación de empresas mixtas con el estado socio en capital y utilidades; y, lo peor, se volvió a establecer el patrón minero mercantil privado, con los consabidos fines lucrativos y metas descomedidas.

Para la interrogante inicial mi respuesta es: Si. A mi juicio, si hay bases que justifican cuestionamientos válidos, que presentan dudas sobre la presencia y utilización del concepto de alpinismo generacional. De hecho, este término se ha estado olvidando en variados eventos de negociaciones internacionales, particularmente en el tema de la minería, que aquí hoy se analiza.

El Si, como respuesta, es válida para la actual coyuntura de la administración presidencial Cortizo Cohen, en su negociación actual por la conflictiva mina Cobre Panamá. Y es también extensiva a todas las otras administraciones presidenciales posteriores al año 1989; para las que destacan las siguientes: a) Aquellas que aprobaron las concesiones para explotación de oro que iniciaron en los años 1990; y, b) La aprobación del Contrato Ley No. 9 de 26-2-’97 para Sociedad Petaquilla, S.A.

La ley 9 de 1997 es el fundamento principal en el conflicto de la mina Cobre Panamá. Por su parte, las concesiones de oro conllevaron variados resultados desastrosos, a saber: malas prácticas de administración empresarial, fraudes laborales, evasión al seguro social,  y generación de significativos daños ambientales.  Estos escándalos públicos ocurridos se refieren al conjunto de proyectos, que incluye principalmente las minas: Santa Rosa, en Cañazas, Veraguas;  El Remance, en San Francisco, Veraguas; y Molejón en Donoso, Colón.

En general, el muy avanzado concepto desarrollista del modelo minero torrijista no ha estado presente en ningún momento de la negociación en curso del contrato en ciernes, ni siquiera para dejar constancia oficial en acta.  Tampoco estuvo presente en las negociaciones celebradas en el período post–invasión de EEUU a Panamá; mismas que todas se realizaron sin pretender constituir empresas mixtas según el modelo torrijista, o algunas modalidades semejantes.

Posteriormente, el régimen de asociaciones público–privadas (APP), aprobado mediante la Ley No. 93 de 19 de septiembre de 2019, excluiría de su ámbito de aplicación a las actividades de extracción de minerales metálicos, como taxativamente lo expresa el artículo segundo.

 

2.2.    EL EQUIPO NEGOCIADOR REQUERIDO POR PANAMÁ: MINERÍA, OBJETIVOS Y CONDICIONES.

 

Es bien conocido que la visión correcta, para conformar el equipo negociador de un país, debe partir de definición precisa del conjunto de intereses del estado y la sociedad nacional sobre sus recursos y patrimonio nacionales; todo ello, con respecto a la comprensión total e integral de los intereses conflictivos existentes entre las partes negociadoras, y también los contextos globales que condicionan el momento histórico que se vive.

2.2.1. ¿Cuál Equipo Negociador Necesita Panamá Para Sus Asuntos Mineros?

Ante esta interrogante, la respuesta tiene que ser directa y sin merodeos:

Un Equipo capaz de litigar y luchar por cumplir los objetivos nacionales.

En todos los temas del desarrollo estratégico nacional, como es el minero, el equipo negociador de Panamá (ENP) debería contar con una visión que se identifique con el interés nacional, en alma, cuerpo y voluntad política.

Conforme a la historia de negociaciones internacionales, actualmente se requiere impulsar condiciones que posibiliten superar el dominante patrón neocolonial expoliador y desigual, por un modelo alternativo integral de negociación y resultados progresistas. Como este estudio viene explicando, estas condiciones marchan en tres direcciones claves, a saber:

(A) Descartar el sistema de concesiones privatizadoras absolutas de los recursos y patrimonio nacionales, y en su lugar establecer empresas mixtas con participación accionaria del estado, en reconocimiento a que es el socio aportador de los recursos estratégicos.

(B) Construir consensos racionales y equilibrados para el reparto de ganancias operacionales; y dejar normas concisas para que se cumplan las leyes nacionales en todos los aspectos pertinentes, y también procurar mayores beneficios mutuos de larga duración.

(C)   Construir la estrategia y plan de metas precisas, para el crecimiento minero y sus contextos básicos con el equilibrio más provechoso con el desarrollo nacional integral y sostenido; mismo que se debe fundamentar en los contextos amplios de respeto a la soberanía, las leyes e intereses nacionales.

Sin lugar a dudas, estas tres condiciones históricas imprescindibles sólo podrán alcanzarse si el país cuenta con el equipo negociador idóneo y capaz de luchar por cumplir estos objetivos nacionales. De manera que tal equipo negociador nacional es una necesidad insustituible, todo un desafío político-social nacional.

Dicho equipo debe evidenciar características indispensables, que son útiles para consolidar las metas del interés nacional, soberanía y dignidad; entre las que destacan las siguientes:

  1. a) Estar revestido con los objetivos nacionales bien definidos clara y convenientemente, es decir: de espíritu, contenido y forma.
  2. b) Debe ser transparente, por tanto que labora para un único interés el nacional.
  3. c) Debe apartar y disipar dudas y no engendrar más dudas.
  4. d) Debe ser creyente de la rendición de cuentas a la sociedad, y hacer de esta un instrumento de participación ciudadana efectiva para decidir o reprobar las decisiones nacionales.

En fin de cuentas, todo proceso negociador trata de actuaciones y resultados que son humanos, sociales; por tanto, la sociedad siempre debe conservar el derecho de verificar y corregir las imperfecciones que se presenten; y para ello deben emplearse métodos de percepción confiables o votación democrática, incluso con capacidades nacionales de cumplimientos vinculantes.

2.2.2. Aquel Equipo Negociador Confiable y “la parábola del agua potable”.

En la negociación del Tratado del Canal de Panamá en el año 1977 (TCP-77), el equipo negociador panameño estableció lecciones que siempre debemos tener presente. Por ejemplo, se dijo: ¡El TCP-77 es potable! Sobreentendiéndose que potable es el agua que puede beberse, pese a la presencia de algún margen mínimo tolerable de impurezas.

Entiendo que la frase clave de esta parábola es obra del ilustre político y negociador panameño Rómulo Escobar Bethancourt; y que el equipo negociador contribuyó a conformarla con variados temas y situaciones del entonces aún proyecto de tratado sobre el canal de Panamá.

En buen castellano con lógica y panameñidad, agua potable significaría que: “el TCP-77 no constituía el ideal soñado, contenía avances históricos significativos, pero dejaba imperfecciones que con su ejecución tenderían a desaparecer”.

Esta parábola es muy importante, porque en su esencia fundamental significa que: Luego de un proceso negociador, los acuerdos contractuales y objetivos planteados si lograron alcanzar un balance integral favorable y creciente para Panamá, en cuanto a condiciones y resultados reales de soberanía, interés nacional y dignidad internacional.

En su momento, el pueblo comprendió esa parábola del agua potable; y a la hora del plebiscito nacional el 23 de octubre de 1977 manifestó su aprobación mayoritaria con el 67% de los votos emitidos.  La historia así lo está confirmando. Este año 2023 se cuentan cuarenta y cinco años de la firma de ese TCP-77. Por eso es bueno afirmar que: La historia bien andada no se debe desandar.

Agradecimiento

Expreso mi gratitud y aprecio al poeta, pensador y escritor social Pedro Rivera Ortega, por su colaboración en la revisión de estilo de este ensayo analítico, y por sus valiosos aportes para añadirle sentires y poesía, a fin de que a mis lectores les resulte algo ameno.

 

Panamá, 2 de junio de 2023.

 

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