El silencio de los afligidos y la plaga de los aflojados

“En este folclórico escenario nuestro, mientras abundan los afligidos, son mucho más numerosos los “aflojados” (frágiles por todos lados); es decir, los de principios débiles o sin principios, […]”

Por: Franklin Ledezma Candanedo

18/10/2022

“He arado en el mar y he sembrado en el viento” (Simón Bolívar).

Idea expresada luego de que la Gran Colombia se dividió y dejó de existir.

Ha sido estéril, hasta el presente, nuestro incesante bregar en el campo periodístico, durante más de cinco décadas, con la mira puesta en la concienciación ciudadana, con el alto objetivo de sumar voluntades y esfuerzos para lograr el perfeccionamiento inconcluso de la independencia nacional, alcanzar niveles óptimos de crecimiento sostenible e imperio de la paz, la libertad, la justicia y protección real de la Madre Tierra, del ambiente y de todas las especies.

Únicamente me ha respondido el silencio de muchos, presuntamente afligidos por los traumas que padecen sectores vulnerables o no, mientras que relámpagos y truenos ciegan a muchos y se estrellan en conciencias dormidas de ingenuos o incrédulos, que permanecen estáticos, mientras el país entero sigue hundido en el cieno de la corrupción, el despilfarro de recursos públicos y el juegavivo.

Negativas e imparables turbulencias sociopolíticas nos impactan diariamente, agravadas por el leseferismo e individualismo crónico vigentes, mientras que solo hay reacciones aisladas cuando se vulneran presuntos derechos particulares, no así en momentos en que se desconoce y violenta el interés general.

En este folclórico escenario nuestro, mientras abundan los afligidos, son mucho más numerosos los “aflojados” (frágiles por todos lados); es decir, los de principios débiles o sin principios, quienes le hacen el juego, como tontos útiles, a los mercaderes del templo y a los vasallos de la bestia (666) genocida imperialista, dispuesta a fabricarle el apocalipsis al mundo, con tal de preservar su hegemonía unipolar.

En repetidas ocasiones nos hemos referido infructuosamente, al criminal intervencionismo de EUA en la Patria Grande y en todo el mundo. Sobre este punto es necesario resaltar el contenido de la carta profética escrita en Guayaquil por Bolívar, el 5 de agosto de 1829, dirigida al coronel Patricio Campbell, en la que aseguró:

Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias, en nombre de la libertad

Por su parte, José Martí, el Apóstol de la independencia de la Patria hermana de Cuba, quien se radicó en los EUA entre 1881 y 1892, con motivo de tareas organizativas de la causa independentista, conoció a fondo su sistema socioeconómico, lo mismo que las grandes carencias que, incluso entonces, ponían en entredicho su tan blasonada democracia.

En su ensayo Nuestra América, se destacan tres temas principales: una invitación a la unión y la soberanía entre los pueblos latinoamericanos, una llamada a la lucha de independencia contra la corona española y un aviso ante la amenaza del imperialismo norteamericano.

Además del diáfano pensamiento de este revolucionario e incansable patriota, cabe destacar el de Bolívar, el caraqueño genial, sus documentos fundamentales y sus formidables campañas libertarias, todo ello con el afán de forjar una América Meridional unida, que, aún en este hoy de incógnitas y sufrimientos, son teas encendidas que siguen alumbrándonos y constituyen urgentes tareas pendientes de realización.

Innumerables fueron los obstáculos que encontró Bolívar a su paso: la incomprensión generalizada, los egoísmos vanos, ambiciones sectarias desbocadas, así como los 20 atentados que sufrió a lo largo de su corta existencia, desde el primero, ocurrido en la hacienda en Yare, en septiembre de 1807, frisando los 24 años de edad, hasta el último, el 25 de septiembre de 1828, complot liderado por el general Santander, salvado el Paladín de las luchas libertarias por la oportuna y valiente intervención de Manuelita Sáenz, quiteña, “Libertadora del Libertador”.

No existe comparación posible entre nuestros afanes periodísticos y la titánica y monumental empresa liberadora de Bolívar y de Martí, quienes dedicaron sus vidas a romper ataduras ofensivas, a la materialización de nobles ideales inconclusos, sobre todo por la existencia de los Santander reeditados a lo largo de los siglos y de aliados oficiosos del imperio. Sin embargo, son paradigmas que guían nuestra pluma, sin desfallecer, a pesar de los afligidos y aflojados del patio.

A través de nuestras entregas periodísticas esperamos romper el silencio cómplice de los afligidos y que desaparezcan los aflojados istmeños, en merecido tributo a los abanderados del alpinismo generacional y a las enseñanzas y praxis, sobre el monstruo de mil cabezas -EEUU- de Simón Bolívar y José Martí- figuras estelares del pensamiento y de la acción patriótica revolucionaria indoamericana –

*Periodista y escritor.

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