Jaime Flores Cedeño
Las elecciones presidenciales en segunda vuelta celebradas el domingo 19 de junio de 2022 en Colombia y que llevaron al triunfo a Gustavo Petro por 11, 281,013 millones de votos, es una victoria trascendental para el hermano país y un logro épico para las fuerzas progresistas y de izquierda, que han resistido por más de cien años la política liberal y conservadora entreguista amparadas por los USA.
Esta es una victoria de similar impacto para los pobres y oprimidos de América Latina víctimas de la política oligárquica de saqueo y rapiña que ha generado algo más de 200 millones de pobres en el Continente.
Desde Panamá, pudimos observar la propaganda falsa, negativa y violenta en contra de Petro orquestada por grupos económicos empresariales y sectores de derecha extrema que hasta el último día no saciaban su política de desprestigio.
Las redes sociales reventaban catalogando a Petro de terrorista, comunista, corrupto y mil epítetos más. Igual lo hicieron algunos medios de comunicación distantes de la objetividad. Periodistas serviles le recriminaban con un bajo profesionalismo su paso por el M-19. Él respondía con una profunda conceptualización teórica “Que los pueblos tienen el derecho a la rebelión cuando son sometidos”, citaba para ello al “Libertador Simón Bolívar”, quien apuntó las armas hacia el coloniaje español.
Las lecciones para el movimiento popular de esta jornada son muchas y las podemos sintetizar en los siguientes aspectos:
- El prestigio, la capacidad y honradez de un candidato como Petro, hizo la diferencia en Colombia, inmersa en escándalos de corrupción, paramilitarismo y falsos negativos por espacio de décadas.
- La población pobre, desposeída y explotada fue perdiendo el miedo y se empoderó como sujeto histórico, capaz de generar el cambio político.
- La propaganda falaz, adulterada y agresiva de determinados medios de comunicación (internos y foráneos) al servicio del poder económico e inclinados a la política hegemónica estadounidense hizo poco efecto, cuando la decisión por el cambio estuvo tomada, especialmente, por aquellos que siempre han sido silenciados, marginados y excluidos en la toma de decisiones.
- En América Latina se está produciendo un proceso de Liberación Nacional que involucra a sectores populares de todos los estamentos de la sociedad. Eso ha sido palpable en Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Chile, Brasil, Honduras y Cuba, que se fortalece cada día a pesar de cruel bloqueo.
- El Pacto Histórico, es un ejemplo de unidad en la diversidad, que hizo posible materializar una candidatura presidencial y otras posiciones de cargos de elección, con amplio respaldo popular por medio de un discurso creíble, no demagógico y alejado del clientelismo.
- Hablar de izquierda en América Latina significa encaminarse por rumbos propios de progreso, patriotismo e igualdad social, muy distinto a la política excluyente de las élites sociales. El concepto como tal, fue distorsionado por la derecha para engañar a los incautos, y se posesiona en el presente, como la única vía para salir de la pauperización y exclusión recurrente del sistema capitalista- burgués.
- Petro se convierte en el primer presidente de izquierda en Colombia, Nación que por siglos estuvo dominada por latifundistas, empresarios, paramilitares, y narcotraficantes, cuyos vínculos con el poder hacían de este país una hacienda personal, mientras millones de colombianos vivían en la pobreza y pobreza extrema.
- En Panamá, el triunfo de Petro no cayó bien en ciertos círculos sociales, sobre todo, entreguistas, acostumbrados a sacar beneficios del Estado y que ven en su liderazgo un mal ejemplo a seguir.
- La derecha y el fascismo NO PASARON en Colombia y sufrieron otro revés en esta Nación, la cual se manifestó de forma clara en las urnas en rechazo al candidato uribista.
- Colombia ha dado un gran ejemplo para América Latina y el mundo, al desafiar todos los poderes establecidos desde el Estado y decidir por un candidato de origen popular, similar a su vicepresidenta Francia Márquez.