Por Anayansi Turner
Abogada y Docente Universitaria
Hace 80 años, un 27 de octubre de 1943, el estudiantado universitario declara una huelga general en la Universidad Nacional, a consecuencia de la destitución injustificada por parte del Ejecutivo, del Dr. Felipe Juan Escobar, profesor de Derecho Procesal –con credenciales pero desafecto al régimen-.
Las reivindicaciones demandadas por los estudiantes fueron las siguientes: reconocimiento del principio de estabilidad del profesorado, libertad de actuación estudiantil en los predios universitarios, nombramiento del profesor destituido en la cátedra de Derecho Procesal, autonomía real de la Universidad.
El Ministro de Educación de aquel entonces profirió amenazas de sanción a los estudiantes por haber incurrido éstos en la «obstaculización al Jefe de Estado del libre ejercicio de las funciones públicas»; así como de despido de los empleados públicos que fueran a la vez partícipes de la huelga; de rescisión de los contratos de los becarios; y de cancelación de las matrículas de los alumnos que acuerparan el movimiento.
El reintegro del profesor despedido fue demanda de rango menor en relación a la lucha de principios que se planteaba: la adquisición de la autonomía universitaria.
Y es que desde el año anterior había disconformidad entre el alumnado del nivel superior, pues el Presidente de la República había también destituido a la profesora de sociología, Georgina Jiménez, en razón de haber publicado ésta, un folleto sobre reforma universitaria. No obstante, la huelga planteada por la juventud universitaria en 1942, en procura de la autonomía, no germinó.
La huelga de 1943, después de haber impactado a la opinión pública nacional, finaliza el 18 de noviembre con la aceptación del Ejecutivo de las demandas estudiantiles. Es así como se expide el Decreto 720 del 17 de noviembre de 1943 que descentraliza la Universidad. En 1946, se aprobarían los artículos constitucionales que dotan a la Universidad de autonomía y la Ley 48 que desarrolla tales preceptos, por gestión directa de la Federación de Estudiantes de Panamá (FEP).
La FEP se había constituido de hecho a raíz de los diferentes comités de huelga que se formaron en las escuelas secundarias en apoyo al movimiento universitario de 1943. Luego se formalizaría su constitución en el Primer Congreso Nacional de Estudiantes celebrado en febrero de 1944. Después, por gestión de esta Federación y en homenaje a estas jornadas de protesta, sería declarado el 27 de octubre, Día del Estudiante.
(Extracto de «La Autonomía Universitaria en Panamá», por Anayansi Turner, Asociación Universitaria de Economía, Panamá, 1985 pp. 119-22)
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