El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Geraldine Emiliani
Psicóloga Clínica y Jurídica
Una mentira convertida en verdad
El chisme es la narración de un hecho verdadero o falso que se hace, sin tomar en cuenta el daño que puede causar esta información a terceros o precisamente con la intención de hacerlo.
Chismear se asocia a enredar, intrigar, calumniar, murmurar y enmarañar, en el sentido de contar situaciones, experiencias y pensamientos o hacer del conocimiento público circunstancias que pueden dañar a las personas involucradas.
El chisme se usa para hablar de algo no convencional o prohibido en lo que ha incurrido alguien. Así se habla del cónyuge infiel, o de las supuestas fallas de un compañero de trabajo o de la vida íntima de artistas y de personalidades; provocando problemas personales, sociales, y psicológicos.
El chisme aparece de forma oral y antes de la escritura. Las personas necesitan contar lo que sucede en el momento. Se ha demostrado en las investigaciones sobre las comunicaciones orales, que cuando una persona le narra a otra lo escuchado, y esta a su vez a otra, y así sucesivamente, la historia original cambia y se va deformando la realidad y se convierte en leyenda. Al final la verdad y la historia se reducen a su mínima expresión. Esa historia o ese cuento, se hace por razones perversas, sean de poder o de adquisición de riquezas. Así, quien cuenta «la historia» la amolda a su parecer o en defensa de sus intereses.
El chisme no tiene interés en contar la verdad sino que contiene una intención particular. Se usa para denigrar, desacreditar, difamar, y desprestigiar. El chismoso pronto aprende que sus chismes le dan poder sobre los demás porque pueden infligir un daño a quien deseen hacérselo.
Esta situación desagradable se da a nivel personal o familiar o en grupos sociales o laborales. El rumor es una expansión del chisme a nivel de la sociedad. Es una «verdad» manipulada y motivada en acorde a estrategias políticas, económicas, y sociales. Pero, tanto el chisme como el rumor son producto de una interesada deformación de los hechos con fines específicos.
El chismoso no vive en paz hasta no ver a su víctima humillada. Si has caído en manos de uno, simplemente encomiéndate a Dios.
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