El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Cosas de milagros o casualidad. Vivimos para contarlo.
Por: Ramiro Guerra. Abogado y Cientista Político.
Allá por los años 80 del siglo pasado, como miembro del PRT, junto con el hoy Dr. Felipe A Waisome, tuvimos que viajar urgentemente a la región bananera, en Puerto Armuelles. Salimos en horas de la tarde. El conductor lo era Felipe. Yo no manejaba. Nos agarró la noche en el trayecto. Llegamos pasada la media noche.En horas tempranas, nos dirigimos a finca Zapote; nos esperaba un exsecretario general del glorioso sindicato Sitrachilco. Toda la mañana nos la pasamos en reuniones y recorrido por varias fincas. Partimos de regreso como a las 6.30 pm. Cero descanso. Cuando veníamos, entrando por los llanos de Coclé, no aguante y me quedé dormido. Desperté en el trayecto que sale de esa provincia, ¡que susto! Felipe al frente del timón del carro, venía dormido. Lo desperté intempestivamente, «Felipe vienes manejando dormido», fue como lo impreque.
Al llegar a la ciudad, no parábamos de preguntarnos, ¿cómo fue que no nos pasó accidente alguno? Mientras dormíamos, como si alguien, sabe quién sabrá, condujo el carro.
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