El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por. Gonzalo Delgado
Da la sensación, es lo que siento y veo, que el país está al revés, incluso en las ideas, cuando a través de las diversas intervenciones, quienes siempre dijeron profesar una ideología, se comportan totalmente en contra de dichos preceptos; mientras que, quienes fueron contrarios históricos de esa doctrina, ahora, casi que desesperadamente, citan e incluso exhortan a que se sigan estos fundamentos ideológicos.
Me refiero al torrijismo, traicionado por los propios diputados y funcionarios de jerarquía perredistas; en tanto, ahora, quienes fueron los enemigos históricos de las ideas de Omar, las abrazan como una tabla de salvación en medio de estos mares agitados que sacuden la nave de la patria.
Estaban dormidos, pero el nacionalismo y el torrijismo se han levantado del sueño en que se encontraban. Pero es que en no pocas ocasiones, son las pesadillas que suelen provocar el despertar que nos hace incorporar del lecho donde estamos acostados inmóbiles. Y lo que se vive es una dramática pesadilla.
Lo que estamos viviendo tan solo con este asunto minero, sin ver otros problemas, se parece a una producción cinematográfica subrealista, que a diferencia de una película que tiene una definición rápida, buena, mala o neutra; acá, con lo que está ocurriendo, parece no haber vuelta de hoja y ni siquiera un final.
Y es que como sea, como se ponga, es el gobierno que tiene en sus manos la respuesta, que por el buen camino debe llevar a suspender esta Ley-contrato. Siento que el gobierno no debe estar jugando al cansancio de nadie. Al final, estamos perdiendo todos los panameños y los únicos que seguirán ganando serán los accionistas de Canadá, Singapur, Corea del sur, China y Estados Unidos, mientras que Panamá como dueño, obtiene muy poco.
Nosotros seguiremos jugando a perder-perder, cuando precisamente, en estos momentos podemos jugar a ganar – ganar.
Sufro pena ajena cuando por ejemplo, veo al Diputado Juan Diego Vásquez, dando lección de torrijismo a los diputados del PRD. Pero a la vez pienso, que se puede esperar de quienes a punta de la corruptela clientelista, aunque ignorantes y lúmpenes, sin embargo, han podido usurpar la sagrada cúspide del partido de Omar y por igual, han profanado el templo de los tres Órganos del Estado. Es la diferencia de cómo el águila sube a lo más alto y sin embargo, la babosa la supera. Uno llega en vuelo majestuoso, en tanto el otro arrastrándose.
También me cuestiono y reflexiono, sobre cuanta culpa me corresponde!!!
Lo bueno dentro de toda esta vorágine es que el pueblo entero grita «no a la minería», «sí a la patria», «no a la traición» y llama a la unidad nacional voz en cuello, con patriotismo, poniendo de ejemplo de ese nacionalismo contra la nefasta minería a OMAR TORRIJOS HERRERA.
El autor es periodista, analista y escritor
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