RESPUESTA A PREGUNTA: REFLEXIONES.|

Por: Gonzalo Delgado Quintero

Hace poco, una persona allegada me preguntó ¿porqué escribía, y que me motivaba hacerlo?. Me puso a pensar, y adentrándome en mi yo interno, le respondí que además de escribir,  también me gustaba hacer muchos amigos y que mi sentir constante era motivado por el deseo de extender mi existencia entre ellos e  incluso, a través ellos a otras personas que ni siquiera me hubiesen conocido, más allá, después de mi muerte.

Paso seguido y sin dudarlo, le dije que entre más amigos, más larga sería mi presencia terrenal, porque viviría en todos aquellos que me conocieron y que por eso había que actuar sin agraviar a nadie; siempre y cuando no sea en defensa propia y en circunstancias donde no habría otra salida.

Pero lo mejor que le manifesté fue que cuanto más logras empatizar con la gente, mayores posibilidades tienes de recibir las grandes recompensas a través de las tantas situaciones que se te van presentando con cada una de ellas, incluso cuando ayudas a cualquiera amigo, conocido o hasta un desconocido, te resulta gratificante y te sientes bien. Por tanto, son infinitamente superiores los beneficios que obtendrás de los cuales, la mayoría serán alegrías.

Pero ya para caerle a la pregunta que me hizo, también le respondí que sin embargo, escribía para  hacer historia edificante, pero también, para describir lo más certeramente posible, los diversos acontecimientos y que ello era con la intención de lograr y dejar un legado a la posteridad para que ya no solo se alargará mi existencia, sino para que dicho aporte me hiciera vivir para siempre y que eso era lograr la inmortalidad personal y por igual de aquel espacio de tiempo que pude describir y dejar plasmado para las generaciones después de la mía.

Le dije en broma y en serio que si dudaba de alguna palabra de las que le decía que le preguntara entonces, a Sócrates, Platón o Aristóteles y muchos más recientes,  quienes después de 2,500 años nos siguen hablando y nosotros consultándoles.

Pero que si aún tenía dudas, le preguntara a Jesucristo y entonces sabría que caminar sobre las aguas es posible, que todo en la vida solo era cuestión de tener fe suficiente y que para los efectos, hay siempre que dejar un legado, una historia escrita o simplemente un ejemplo importante a través de un gesto de vida trascendental que impacte a los demás y que para esos efectos, mi forma era a través de la escritura con la que yo pretendía construir  ese legado y vivir para siempre, en la mente de las próximas generaciones que llegado el momento sabrán darle la debida valoración a esos aportes que podemos dejar nosotros aquí y ahora.

El autor es escritor y periodista

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