El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Pedro Rivera
En los años 70s del vigésimo siglo [siglo 20] se planificó el “proyecto de Desarrollo Integral del Bayano que contemplaba, además, proyectos tan o más importantes que la construcción de la represa. Ascanio Villalaz, luchador social de la izquierda, estuvo al frente de este sueño.Uno de esos proyectos era crear el emporio agroindustrial más grande de Centroamérica en dirección Este, rumbo a Darién, dos de cuyos sus objetivos eral construir enormes reservorios de agua permanentes al lado izquierdo de la carretera con el fin cultivar las tierras del lado de derecho, de manera que hubiese dos o tres cosechas de productos agrícolas al año, lloviere o no lloviese.
Otro de los objetivos era tener capacidad de exportar y de garantizar el suministro de alimentos a la población local, planificar a mediano plazo la ciudad industrial y garantizar el suministro de alimentos en caso de que ejército de ocupación extranjero se le ocurriera bloquear el puente de las América, dado y Los gobernantes de entonces no descartaban que hubiese enfrentamientos armados.
El proyecto murió en su adolescencia con al cambiar el modelo de desarrollo económico a partir de la década de los 80s del Vigésimo Siglo.
Ese mismo plan, que estaba diseñado para aplicarse en todo al país, a través del programa Polos de Desarrollo, se lo pasaron por el trasero.
Los gobiernos de aquel entonces, al adoptar el neoliberalismo como modelo de subdesarrollo, desmantelaron los asentamientos campesinos, subastaron las empresas estatales, devolvieron la tierra a sus antiguos dueños sin que, a cambio, devolvieran lo que se les pagó por ella. Igualito a lo que pasó con el Panamá América.
El país de un día para otro dio el gran salto atrás, a la década de 1960, y aquí estamos, entrampados, a punto de quedarnos sin agua y de condenar al hambre a cientos de miles de panameños.
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