El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por Ramiro Guerra M. Jurista, escritor y cientista político.
Hablo y escribo por la experiencia vivida y la realidad sindical en nuestro país.
Hay sectores de la economía, donde la palabra sindicato, es buscarse la maxíma pena del despido y la no contratación laboral.
Ejemplos de lo anterior, la Zona Libre de Colón, el sector bancario, la policía, gran parte del comercio al detal, sobre todo el controlado por los judíos, sus descendientes.
La vez que se intentó organizar un sindicato nacional bancario, desde la CTRP, se dieron todo tipo de trabas. El ministerio de aquella época, se prestaba para obstaculizar el nacimiento del sindicato bancario. Cuando el sindicato en formación, llevaba las lista de afiliados para su registro, el mismo ministerio, llamaba al banco donde laboraba el trabajador y enseguida era despedido.
En la era Omar Torrijos , el sindicalismo dio un gran salto, cantidad y calidad. Después, los desafíos para la organización sindical se han agrandado.
Sucesivas reformas al Código de trabajo, han impactado negativamente el derecho a la organización sindical. Sobre todo aquella que modificó el artículo 212 del código de trabajo. Acabó con la estabilidad como derecho derivado por dos años de servicios.
Igualmente, el abuso que hacen los empleadores de los contratos definidos. Muy a pesar, que si se está frente a labores que son parte permanente del giro de operaciones. La norma es clara, en estos casos no opera y no dable el contrato por tiempo definido.
La institucionalidad, cuya misión , vigilar el cumplimiento de las normativas laborales, no opera con la eficiencia que demanda tutelar el derecho sindical.
La Dirección de inspección del ministerio de trabajo, no hace su trabajo en esta materia.
Miles y miles de trabajadores, son sujetos a condicionamiento en virtud del artículo 212 del código de trabajo.
Y que decir del sector público, mínimos avances; mucho terreno por andar. El tema de la sindicalización y negociación colectiva en el sector público, no ha caminado en la asamblea nacional de diputados.
La realidad es complicada, por el hecho, de un sinnúmeros de organizaciones sindicales, donde los empleadores recurren a todo tipo de artificios, para malograr la actividad sindical.
En el quinquenio por terminar, las autoridades se destacaron por complicar todo lo pertinente al derecho sindical. Sobre todo en materia de negociación colectiva. Interpretaciones favorables a los empleadores cuando de pliego de peticiones se trata.
Los empleadores en Panamá, son reacios al sindicalismo; les incomoda la negociación colectiva.
Justo reconocer que, el movimiento sindical, no ha dado su brazo a torcer. Con todas las limitaciones y dificultades, se abre camino.
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