El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Eduardo A: Reyes Vargas
No importa cuál es su pensamiento ideológico. Lo respeto.Hemos observado como grandes medios de comunicación social con intereses muy particulares usan esta estrategia de desinformar a los pueblos.
Independiente de que crea usted en lo que se denomina centro derecha ,ultraderecha, centro, centro izquierda o ultra izquierda, la tendencia publicitaria cuando no le conviene alguna candidatura sobre todo Presidencial como un tsunami inicia un proceso de descalificaciones de X o Y candidato,
Reconozco que cada una de esas posiciones ideológicas mencionadas en párrafo anterior ha desilusionado a los pueblos cuando se sienten frustrados por los que los han gobernado.
Sin embargo decir hoy día que se vota por los más malos o los menos malos es una calificación muy reduccionista que confunde al lector y maltrata más a las democracias en crisis.
De positivo sería que se sustentaran con objetividad esos calificativos o adjetivos.
Nuestras democracias latinoamericanas han venido frustrando a las grandes masas. Las distintas encuestas así lo señalan.
Por ello es muy peligroso aceptar esos calificativos de malos vs menos malos.
Si analizamos las democracias en América, desde hace décadas se han movido sobre todo en el escenario del neoliberalismo, y mantienen las abismales desigualdades.
El surgimiento de movimientos que desean perfeccionar la democracia hacia metas que sirvan a las mayorías, al poner en peligro privilegios de ciertos grupos de poder político o económico, reciben de salida esos adjetivos como populismo o “malos y menos malos”.
La pregunta es:
¿Quiénes han llevado a esas poblaciones a tantas inequidades en escenarios de impunidad y corrupción nauseante?
¿Quiénes han llevado a los pueblos a seguir al populista o al menos malo?
Precisamente la conducta de esos gobiernos ha creado el entorno para esta crisis de valores en las candidaturas a nivel regional.
Hoy el Sur de América, presenta una polarización marcada en sus pueblos.
La tendencia de izquierda moderada que surge recientemente puede ser el gatillo para otros pueblos con las malas experiencias ya sufridas.
La reforma de Córdoba desarrollada décadas atrás señaló un nuevo camino a nivel de las Universidades de América Latina.
Hoy movimientos que contienen reformas y renovaciones políticas parecen renacer esa experiencia histórica.
La elección del profesor Pedro castillo en Perú es un ejemplo reciente.
Llegará al poder con una imagen llena de desvalorizaciones y descalificaciones que harán su mandato nada fácil.
El pueblo peruano muy polarizado, lo elige con ventaja muy estrecha, pero fue seleccionado por su pueblo, agotado como otros de gobiernos y gobiernos que mantiene todo tipo de inequidades que han florecido con la pandemia, pero estaban allí subyacentes.
Panamá en unos años se enfrenta a seleccionar gobernantes.
No es de extrañar que surjan en el camino otros líderes que serán descalificados de inmediato si su discurso abre nuevas esperanzas de cambio y que algunas élites consideran atentan en contra de sus conocidos intereses mezquinos.
No dejemos que esas tácticas e info tácticas de medios de comunicación social nos cieguen. Seamos lo más objetivos en nuestros análisis y reflexiones.
No dejemos que ciertos medios nos vayan creando figuritas que luego lanzan al ruedo político solo para representar sus interese. Son los que constantemente se les entrevista y surgen como expertos en todo. Su presencia mediática es desde ya una proselitismo.
Ejemplos hemos tenido. Y han defraudado. OJO.
Escudriñemos con profundidad la trayectoria de esos candidatos. En pueblos pequeños es más fácil saber quién es quién.
Con detenimiento adentrémonos en su hoja de vida pública y si en la privada no han sido cónsonos con valores que dicen ostentar, también es deber enterarnos.
¿Que se espera de condenados por diferentes delitos que suelen llegar al ruedo político?
Solo así depuraremos por la vía democrática, por cierto muy limitada, en la elección de nuestros futuros gobernantes.
La familia comprometida con el país y su futuro es el mejor escenario para crear conciencia cívica.
¿Lo estamos haciendo?.
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