Por: Gonzalo Delgado Quintero
El Periódico le rinde homenaje al patriota cumpleañero
Cuando nació Álvaro Menéndez Franco, la luz de los días eran resplandecientes, y aunque algunas nubes aparecían en el horizonte, anunciando que las lluvias se acercaban, en la campiña interiorana eran tiempos de cosechas, de quema de potreros y de las matas para la siembra mayera.Ya para ese momento, el verdor había dado paso al amarillento paisaje que con fuerza y sin tregua se apoderaba extendido, sobre las montañas azuerenses, imponiendo mayor ahínco al trabajo labriego que de manera cíclica repetía el campesino en cada estación del año, poniendo a parir la tierra.
Era la transformación continua de la naturaleza virgen que marcaba la esperanza de progreso de la gente interiorana.
Allí en esos amplios y claros espacios, cuyos límites eran el horizonte y el cielo, abanicado por los vientos alisios, rociado por los bajareques mañaneros y el fauno cantar de las aves, se escuchó el primer sonido gutural tenue, pero agudo, de un recién nacido a quien bautizaron después con el nombre de Álvaro siendo sus apellidos Menéndez y Franco, hace 90 años.
Fue un llanto que pareció anunciar desde el preciso instante de su nacimiento, que se daba a luz a una de las mentes más brillantes y que había escogido a Panamá para tan extraordinario natalicio.
Álvaro ha edificado y sigue construyendo uno de los legados de reconocimiento nacional e internacional. Su historia de hombre revolucionario, de armas tomar y que en su momento dejó un sentimiento que aún retumba en el Cerro Tute, su capacidad de interpretación de la realidad mundial y del país, su participación en la política y en los escenarios diplomáticos, su aporte al proceso revolucionario octubrino que lideró Omar Torrijos Herrera, su pluma prístina que lo ha hecho merecedor de innumerables reconocimientos, pero sobre todo, ese verbo encendido y elocuente, propio de una mente superior que solo poseen las personas imprescindibles, son entre otras, las extraordinarias capacidades de nuestro cumpleañero, ALVARO MENÉNDEZ FRANCO.
DÉCIMA A ALVARO MENÉNDEZ FRANCO
1
Quienes de faena no saben
Se equivocan cuando hablan
cuando su argumento entablan
De que las tierras destruyen
Equivocadamente arguyen
Y en esa idea se encierra
Que se destruye la tierra
Por mano del campesino
No sabiendo que el destino
De esa firma se aferra
2
Al saberse esta sentencia
Que la tierra es producción
No hay otra interpretación
Porque necia es la ignorancia
Donde se cree su presencia
Por eso hoy el criterio estanco
Con el pensamiento arranco
Cual equivocada idea
Un poeta que no la permea
ALVARO MENÉNDEZ FRANCO
3
Son noventa años cumplidos
Que no se fuman en pipa
Y su mente no disipa
De ningún sesgo infringido
Su pensamiento expedido
De dimensión universal
A pesar es proverbial
Jocoso y muy ligero
Muy referido primero
En el ámbito mundial
4
Al César lo que es del César
Si la paz no deja dormir
Con ella se ha de inferir
Al tirano gran pesar
En este tiempo sopesar
Los abrazos del tío Sam
Y como dice el refrán
Aunque quieran regresar
De nuevo los vamos a echar
Porque de que se van se van
5
Don Álvaro para atrás
Ni para coger impulso
ya nos medimos a pulso
Aunque atacados por detrás
Sea verdad o sea falaz
La verdad sea suya y mía
Y cuando el ánimo encendía
Desde siempre hemos ganado
De esos tiempos recordados
En la Tajada de Sandía
6
A mi poeta querido
Hoy que es su cumpleaños
Es conocedor de antaño
De sucesos acaecidos
Con participación es sabido
De sabiduría que encierra
Peleador de línea primera
En el país y el extranjero
Crítico, preciso y fierro
En toda la patria entera