El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Ramiro Guerra M. Abogado y Cientista Político.
Estamos hablando de cifras grandes, millone$ que, en concepto de deudas, les deben los panameños a los bancos. Estos tendrán que actuar con mucha cautela, prudencia y sentido común para hacer efectivo tales créditos.
De no ser así, pudiéramos estar ante el fenómeno de las llamadas hipotecas tóxicas, «subprime», dado el hecho que la crisis las ha llevado a ser hipotecas de alto riesgos por su vulnerabilidad de hacerla efectivas. Esos bancos cometerían un error grave, comenzar a ejecutar bienes inmuebles; además de ser inhumano.
En medio de una economía con graves dificultades; de lenta recuperación de los empleos, traer hoy que hay contratos impagos de por medio (en su mayoría con cláusulas abusivas), para implementar una política de cobro al calor de amenazas y terror puede, de regreso, poner en riesgo la actividad bancaria en nuestro país.
Tiene que haber un equilibrio y abrirse espacios o compases de espera que se correspondan con la reactivación económica y la generación de empleos. En mi humilde opinión, los bancos que manejan la mayor parte de la cartera de préstamos hipotecarios y otros, por ese afán de cobrar por cobrar, no se dan cuenta que ponen en peligro ese tipo de actividad.
Caminan hacia una especie de ‘harakiri’. La situación es compleja y peligrosa.
Razón tiene la diputada Zulay Rodríguez, cuando propone una baja de los intereses por préstamos. Es hora que los banqueros adopten políticas acordes con la draconiana realidad que viven los panameños.
En este contexto, los deudores hipotecarios tienen que unirse; dar curso a una asociación que los represente frente al poder de los bancos.
Reitero, esa actitud de gula de dinero de los bancos, se les puede convertir en mueca. (Estados Unidos – 2007). El gobierno no puede hacerse de la ‘vista gorda’ en un escenario como el descrito.
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