El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
SENTIDO DE PERTENENCIA DE CLASE SOCIAL Y SUS INTERESES.
Por: Ramiro Guerra M. Abogado y Cientista Político.
Frase de gran alcance teórico- práctico. La dominación del poder económico, no se ejerce tan directa y grosera, al mejor estilo de la vieja oligarquía criolla, la de los tiempos de los terratenientes, casas tenientes y ganaderos. El estado, bajo su dominio y control, no requería de intermediarios, mandatarios. Hicieron de la violencia institucionalizada, parte esencial de su control y dominio de la sociedad. Hoy, esas fracciones de la oligarquía, dada la naturaleza transitista y comercial, los indujo a traspolar su capital hacia áreas de mayor rentabilidad del capital de mayor modernidad, aunque como escribió René Zavaleta Mercado, se hicieron capitalista por la fuerza, en tanto que sus enfoques de la política y del estado, sigue el mismo patrón ideológico de sus ascendientes.
Hoy, su dominación pasa por visiones ideo culturales que desde el estado se presentan como intereses generales de toda la sociedad. Más que servirse de la fuerza bruta, apelan a medios alternativos que apuntan a quebrar el sentido de pertenencia e identidad clase. El proceso de dominación, a diferencia de antaño, hoy es más sofisticado, de mucha eficacia dada la ausencia de una estrategia de contrahegemonía.
No requieren de una visión de control del estado en forma directa, como cuando lo hacen desde sus negocios; sino que, gracias al diseño del estado como forma o escenario de reproducir sus intereses, este actúa conforme, con limitaciones casi estructurales, para acceder a grados de independencia o autonomía relativa, que relativice ese control hegemónico de los grupos de poder.
Se trata de una realidad, que los políticos no alcanzan a ver; creen servir a sus propios intereses, tal vez cierto, pero en última instancia reproducen las condiciones que aseguran la hegemonía en el estado.
A propósito de este análisis, hegemonía – clases sociales, hay un tema en boga. La corrupción. Es una serpiente de múltiples cabezas. Hay un nivel de este flagelo del cual poco se escribe y habla. Solo preguntémonos, ¿quiénes lavan sumas multimillonarias? ¿quiénes evaden y eluden el pago de impuestos? ¿Acaso para que haya corruptos, tiene que haber un corruptor? Claro que es más fácil enderezar contra la corrupción de los políticos y nada se dice contra la corrupción y actividad delictiva de alto vuelo. Meterse contra este tipo de corrupción, políticamente es pisar un terreno minado. Desde el estado se actúa con complicidad cautelosa.
La burguesía, poco o nada dice sobre lo anterior. Para que lo anterior ocurra, tiene que haber una red institucionalizada que, desde el mundo de lo privado, se cursa toda esta actividad delictiva. ¿Qué hacer? Trabajar en una estrategia de contrahegemonía, que pasa por un estado con en foques de mayor independencia frente a esos poderes. ¿Es posible? Hasta cierto grado, Omar Torrijos, lo hizo. Claro, eso pasa por hacer del bloque histórico, un factor de poder y de equilibrio.
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