Hemos preparado un trabajo de periodismo investigativo para contribuir con la investigación que debe hacer el Estado para proteger el patrimonio de los panameños y que consta de cinco entregas.
Por: José Dídimo Escobar Samaniego
El nuevo contralor General de la República, Anel Flores, oriundo de Finca Blanco, Zona Bananera de Barú., donde su padre, Humberto Flores, de origen nicaragüense, trabajaba como Superintendente de la Compañía frutera United Fruit Company, se crío separado de los hijos de los obreros en una suerte de “apartheid”, por lo que nunca convivió con el pueblo, sino con los privilegiados que se beneficiaban del “gold rol”. Cuando la huelga obrera de 1960 y dado su comprobado maltrato hacia el obrero, el sr Humberto Flores fue amarrado de un poste en la casa sindical como escarmiento de parte de los trabajadores. Luego de pasada la huelga, la United Fruit Company, lo premia con una Finca de Banano en Changuinola Bocas del Toro.
Así Anel Flores, se convirtió en empresario agrícola, vinculado a empresas privadas bananeras y tuvo la suerte que le vendiera su amigo personal en 1998, en la época de la presidencia, de Ernesto Pérez Balladares, cuyo padre también era nicaragüense, a un precio irrisorio, el pujante y productivo Ingenio de Alanje, en ese entonces propiedad del Estado, incluyendo maquinaria nueva y tierras muy fértiles y de alto valor económico que eran de propiedad de la empresa estatal “Corporación Azucarera “La Victoria”.
El nuevo Contralor General de la República, remplaza a la funesta gestión de otro amigo de Ernesto Pérez Balladares, Gerardo Solís, quien ha estado envuelto en toda clase de chanchullos y como contralor permitió, prohijó y amparó evidentes actos de corrupción y se desmanteló el cuidado de nuestro patrimonio, lo mismo que se constituyó una organización criminal que cobraba una comisión para facilitar los pagos que el Estado tenía pendientes con personas y empresas de tal forma que, si alguien quería que se tramitara sus pagos, tenía que hacer contacto y pagar la coima acordada y de no hacerlo, las cuentas quedaban en un limbo o a lo sumo congeladas en la contraloría y podrían engrosar lo que se denomina vigencia expirada. Si acaso hubiere recursos disponibles, podrían en el futuro ser atendidas.
Hace una semana atrás, a quince días de su toma de posesión como nuevo Contralor General, en una comparecencia ante medios, el Sr. Flores, queriéndose distanciar tal vez, del aciago funcionario anterior, expresó que haría una auditoría a Panamá Port que tiene la concesión de los puertos de Balboa y Cristóbal. Lo más sospechoso es que, el recién estrenado contralor, no menciona ni amenaza siquiera con un audito al Puerto PSA en Rodman, que es reconocido como el puerto más corrupto de Panamá y de toda la región y que además no aporta nada al Estado y surgió de chanchullos que deben ser investigados, esclarecidos y procesados los autores del daño ocasionado a Panamá., todo esto contrariando el proverbio popular que reza que: «toda escoba nueva barre parejo».
….Continuará.
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