
Por: Ramiro Guerra .
Jurista, Escritor Y Cientista Político.
En varias intervenciones, la ministra de trabajo y desarrollo laboral, se reitera que ella no está de acuerdo con el monopolio sindical.
A pocas palabras, buen entendedor, con ese planteamiento abanica y promueve el paralelismo en el seno del movimiento sindical. Convoca a sindicatos que agrupan trabajadores de un sector económico, a disputarse la membrecías, haciendo un llamado, a exacerbar las contradicciones entre sindicatos, en dirección a disputarse todo lo pertinente a afiliaciones de trabajadores de un sector económico, verbigracia el de la construcción. Con ese discurso, la ministra de trabajo, divide la unidad y la acción sindical. Esa política antisindical, la lleva al extremo, de que compromete al estado y al gobierno, a intervenir en dirección a que dentro de una misma empresa o sector económico, hayan varios sindicatos. Según ella, lo contrario favorece el monopolio sindical.
Lo anterior, únicamente comprensible en el marco de un hacer mediador del régimen político, que apunta a diezmar a las organizaciones sindicales, con el argumento de que un solo sindicato, no puede afiliar a la mayoría de los trabajadores de un sector de la economía. Según la ministra Muñoz, eso no es democrático.
La funcionaria mencionada va mas lejos, al sugerir que no es bueno que, en un sector, solo rija una convención colectiva. Sugiere varios sindicatos y con ello varias convenciones colectivas, negociadas por la existencia y diversidad sindical.
Falta lectura de la sra ministra, cuando siempre el movimiento sindical, ha tenido como objetivo, sindicatos y federaciones por ramas de producción. Lo anterior, que la señora ministra de trabajo denomina Monopolio, no es mas que un recurso, para entorpecer la unidad y acción sindical (paralelismo sindical).
Nuestro código de trabajo, artículo 388, censura la práctica empresarial y oficial, de promover sindicatos amarillos o de paja, allí donde ya existe un sindicato.
Lamentablemente, hemos venido observando organizaciones sindicales que, han comprado la línea de abanicar el paralelismo sindical. Favorecen la idea de la desaparición del Suntracs, del Sitraibana, para caerle como buitre y piratear afiliaciones de trabajadores. La ministra ha señalado que apoyará ese manejo mafioso sindical.
El sindicalismo auténtico, rechaza esa política de abanicar el paralelismo en su seno. Es proempresarial y oficialista y abanica la confrontación y la desunión cuando lo que requiere el país es armonía, paz, unidad y concordia.
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El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.