El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Eduardo A. Reyes Vargas
Desde hace quizás más de un siglo muchos de nuestros Papas, y colaboradores, han contribuido en mayor o menor intensidad a construir los principios de la doctrina social de nuestra iglesia católica.
Desconocemos cuántos católicos en el mundo y en Panamá la conocen.
Al menos creo que en las Misas en ocasiones se hace comentarios sobre ella y en algunos documentos episcopales.
Pero esa es la pregunta.
¿Cuántos la hemos leído? ¿Cuántos la conocemos y cuantos la practicamos?
En este aberrado mundo, es urgente que cada católico convencido la lea y medite sobre todo en los principios relativos a la vida diaria del ser humano. Leerla nos fortalecerá como ciudadanos.
Pueden existir interpretaciones sesgada de las mismas, hasta epítetos para descalificarla.
Pero su esencia es realmente la fe cristiana y las demostraciones realizadas por el hijo de Dios en la tierra.,
Creo que en cada acto sobre todo de la eucaristía, en la homilía, nuestros párrocos comprometidos con la fe cristiana, deben exhortar y comentar más a menudo sobre este enriquecedor documento, sobre todo en la participación ciudadana.
En nuestra vida cotidiana nos hará más objetivos en nuestras conductas y en especial en seleccionar quienes nos guíen en la administración de la cosa pública.
El católico no puede ser un convidado de piedra ante tantas injusticias y dentro de este escenario democrático estrecho, debe aportar para ampliarlo y minimizar tanta inequidad. Ningún católico o cristiano, está exento de sufrir injusticias.
Quizás existan algunos en plácida comodidad e indolencia, pero nada es permanente.
Leamos en profundidad nuestra Doctrina Social de la Iglesia y convirtámonos en agentes de un cambio para un mundo más humano y no la antítesis que hoy por desgracia vivimos.
Meditemos sobre cada uno de sus principios.
Está disponible en el Internet. Son lecturas para nutrirse, frente a tanta noticias deformantes
Así también entenderemos algunos mensajes de nuestro Papa Francisco, sus predecesores, alguno de nuestros Obispos y párrocos comprometidos.
Aún los no creyente deben revisar al menos.
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