El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por Ramiro Guerra M. Abogado y cientista político.
Ciertamente, el neoliberalismo y la invasión militar, marcaron un momento de inflexión en la lucha popular y nacionalista del pueblo. Las direcciones políticas del espectro social popular, algunas reducidas y otras desaparecieron. Este fenómeno dejó, sobre todo a los trabajadores, sin dirección política. Hasta cierto punto, los sindicatos, se han visto, aunque insuficientemente, obligados a llenar ese vacío.
Lo sindical o la ausencia de opciones políticas partidista de trabajadores, los coloca a merced de alternativas políticas del status quo.
Muy a pesar, que el movimiento sindical, ha crecido, en tanto que la acción sindical, no se reduce a lo economicista, sino, por lo menos en teoría ha transitado hacia una visión y acción laboral socio política.
En Panamá, Luis Anderson, exsecretario general de la CTRP, desde su posición de dirigente, de la entonces; ORIT, se constituyó en un referente de esa nueva visión del hacer mediador sindical.
Hoy, la formación de cuadros sindicales, no se agota en lo sindical, sino que, la realidad demanda de cuadros sindicales, con una formación sólida en temas relacionados con teoría de estado, economía política, ideologías. Etc…
Por lo anterior, el movimiento sindical, siguiendo la teorización leninista, debe atraer para sí, a la intelectualidad, de tal suerte que, ponga en manos de los trabajadores, las herramientas para analizar y entender temas centrales de la nación y el estado.
El hecho de que los sindicatos, se definan como organizaciones de clase, no le impide salir a buscar entendimientos y alianzas sociales, de tal suerte de ir definiendo un polo fuerte de poder, capaz de mediatizar de algún modo, la hegemonía de las élites de poder económico.
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