Crítica abierta a la dirigencia del PRD.|

Por: Gonzalo Delgado Quintero

Durante la campaña previa al 27 de marzo, fecha en que se escogieron a los delegados del XI congreso del Partido Revolucionario Democrático (PRD), claro está que con pequeñas excepciones, no obstante, todo transcurrió en una relativa competencia armónica. Los de abajo, las bases del partido, hicieron una demostración  ejemplar. Cada quien buscó sus votos y no pasó ninguna anomalía que implicaran daños irreparables al colectivo de Omar.

Luego los 4,200 delegados seleccionados debían escoger en cada circunscripción (corregimientos y circuitos) a los miembros del Directorio Nacional (CD) y a los del Comité Directivo Nacional (CDN). Además, se escogieron a los dirigentes de los Frentes de la Juventud y Femenino. Eso terminó ayer, domingo 8 de mayo. Ahora corresponderá escoger el CEN, el 15 de mayo de presente año 2022.

Todo estuvo bien en tanto fueron las bases a las que les correspondió actuar; sin embargo, en la medida en que avanzaban las escogencias, intervino la mano peluda del clientelismo. El maletinazo es ya notable y ha creado dos esquinas que están en pugna, disputándose cada espacio sin miramientos, cual si fuéramos los más férreos enemigos y sin reparos en que al final tenemos la obligación de conciliar la unidad del partido. Esta situación continuará sin que nadie pueda contenerla hasta el próximo domingo.

Pero ojo, que ha sido la dirigencia (los de arriba) la que ha promovido esta vergonzosa forma de hacer política, nada ejemplar para las nuevas generaciones. Jóvenes que creerán que esta es la forma de hacer la política. A partir de la compra de conciencia, de la quebradera de brazos, de la sugestión de que o te cuadras o te jodo y te boto. Y precisamente esta mala práctica politiquera se viene aplicando a través de quienes paradójicamente, más bien les corresponde y es su obligación, poner el orden.

Los de arriba específicamente desde la Presidencia de la República y de la Asamblea de Diputados están creando las ambivalencias, están dividiendo el partido.  Ya lo habíamos advertido, los sobres amarillos van y vienen y los últimos cartuchos se comenzaron a quemar desde hoy, cuando estamos en la recta final hacia la meta del CEN. A punta de fusta, al buen decir de hipódromo, en un momento en que se ha perdido la conciencia política y se está imponiendo la conciencia hípica de esa estigmatización de jugar a ganador, no importando si el caballo “gana” con batería. O al buen estilo tableño carnavalero, esto es el topón.

Finalmente, quiero expresarle a todos los delegados y a la membrecía en general, que esos cuatro gatos, no son el partido, que hay mucha esperanza, que el pensamiento colectivo de miles de personas es más significativo que las apetencias desmedidas de un grupito minúsculo que lo único que quieren es permanecer en el poder y que no se dan cuenta que han perdido el camino, andan sin brújula y eso puede destruir las esperanzas. Es cierto que “debemos aceptar la decepción finita, pero nunca perder la esperanza infinita”. Lo primero es el partido. La gente pasa, el partido queda.

Gonzalo Delgado Quintero periodista, analista, escritor y aspirante a la Primera Subsecretaría del CEN del PRD

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