Que el Señor nos agarre confesados, porque este pueblo que parece estar sumamente alocado y confundido, por el marketing del derroche publicitario que se dio durante la era del Loco Mayor. Podría dar una agría sorpresa.
Y aunque parezca increíble y hasta tenga tintes de: «Síndrome de Estocolmo», no es una posibilidad muy difícil de darse, cuando uno analiza algunos comportamientos colectivos, bastante representativos y escucha opiniones en forma objetiva, y sin apasionarse con actitudes parcializadas.
Se trata de un supuesto «no culpable», que para colmo de males, ha sido superlativamente victimizado, y de quien descaradamente se dice: «Robó pero hizo». En otras palabras, todo ha sido olvidado y perdonado, sobre todo por algunos que se beneficiaron con la rebatiña, y la fastuosa danza de los millones en sobrecostos. Y que ojalá el cielo no permita, que vuelvan a ser mayoría. Y como lo dice Don Ramiro Guerra: «¡Amanecerá y veremos!»
¡Por mi parte lo dejo de este tamaño, al menos por esta vez!
Sir Anthony Chala’s
Poeta…