El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por Carlos Ochoa E.
Hay quienes afirman que el viaje de Cristóbal Colón para llegar a las Indias Orientales, navegando por el Oeste, en vez de hacerlo por el Este, fue la más grande aventura que navegante alguno osara hacer, y que terminó en el más grande descubrimiento geográfico, que cambió el mundo para siempre. El navegante genovés nació un 31 de octubre de 1451, no era tan ingenuo como algunos historiadores lo presentan, había estado en la biblioteca de Alexandria, y es muy probable que allí se enteró, que lo antiguos griegos ya habían probado la redondes de la tierra, Estrabón, geógrafo e historiador griego, así lo dejo plasmado en uno de sus 17 libros sobre geografía.
Colón a pesar de su juventud tenía bastante experiencia en la navegación, antes de su primer viaje, navegando por el Oeste, ya conocía la ruta del Este y había estado al servicio de otras naciones, además recurrió a Lusitania, Portugal, para que le financiaran, la loca aventura. Paolo del Pozzo Toscanelli, era un famoso cartógrafo italiano, que había dibujado, entre otros mapas, “las cartas de Navegar”, que tenían un craso error, el cálculo de la superficie terrestre, Toscanelli la había calculado en unos 29 mil kilómetros, y no en 40 mil, que es en realidad. (cifras redondeadas). Con estos datos erróneos, Colón convence a la Reina Isabel, la católica, reina del feudo de Castilla, y al rey del feudo de León para que le financie la aventura de llegar a Catay y Cipango (Indias Orientales), navegando por el Oeste.
Si bien es cierto, hoy hay información que los vikingos, fueron los primeros europeos en llegar a éste continente, 500 años antes de antes de Colón, no lo hicieron con fines de colonización y conquista, visitaron lo que hoy se denomina Canadá, regresaron o murieron en el camino, aún no esta claro.
Colón, financiado por los reinos de Castilla y de León, se lanza al mar en el mes de septiembre de 1492, zarpa de Puerto de Palos, con sus tres navíos, la Pinta, La Niña y la Santa Isabel, y 90 tripulantes. No se sabe con exactitud para cuanto tiempo llevaba provisiones, alimentos y agua, posiblemente, para unos tres meses, según expertos. Ya antes de llegar a las Bahamas, lugar donde arribó, aquel miércoles 12 de octubre, había tenido de sofocar varios intentos de amotinamiento, con la petición que regresaran, pero logró convencer a la tripulación de seguir adelante. Señalan algunos biógrafos; que Colón usaba doble memoria (escritos), uno muy personal, que tenía la información exacta de las distancias recorridas y otros datos, y otro cuaderno que tenía datos falsos y esos eran los que presentaba a la tripulación, para calmarla.
De no haber encontrado este continente, que no figuraba en ninguna carta de navegación, ni mapa alguno, el Almirante Cristóbal Colón y sus 90 acompañantes, habrían muerto y desaparecidos para siempre en medio del inmenso mar. El primer viaje de circunvalación de la tierra duro tres años y de los 250 tripulantes solo regresaron a España 18 sobrevivientes.
La historia escrita por los vencedores es muy distinta a la escrita por los vencidos, este continente estaba poblado hace unos 10 mil años atrás, y en ese encuentro, con los europeos del Renacimiento, y no digo España, porque España no existía como nación, era una serie de reinos medievales. Y como ellos nos ganaron a nosotros, los nacidos en estas tierras, Los europeos han dicho y seguirán diciendo que nos descubrieron, nosotros no estábamos cubiertos. Que nos conquistaron y nos colonizaron, eso es otra cosa.
Hasta hace poco en las escuelas se celebraba, con bombos y platillos, el 12 de octubre y hasta era libre, para festejar, “el descubrimiento de América”, después no dijeron que no era descubrimiento, sino el encuentro de dos mundos, esto último puede que sea bastante cierto, pero en ese encuentro, nosotros perdimos y ellos ganaron, siguen ganando y nosotros seguimos perdiendo.
Por mis conocimientos geográficos, me atrevo a asegurar una cosa; antes que Colón u otro miembro de la tripulación, Rodrigo de Triana, vieran tierra y gritaran; “tierra, tierra”, ya los nativos los habían divisado a ellos y se prepararon para recibirlos, y de la mejor manera. Luego nos engañaron y después nos traicionaron. El que anda en la noche en la oscuridad y sin linterna, no va a encontrar ni descubrir nada valioso. Nuestros aborígenes descubrieron a tres naves perdidas en medio del océano. Pobre Colón si no lo hubieran encontrado, aquel 12 de octubre.
El autor en Sociólogo y profesor de Geografía e Historia.
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