Por: José Dídimo Escobar Samaniego
El promedio del valor de la extracción de los metales de esa empresa (minera Panamá), en Panamá, se aproxima a la suma de diez millones de dólares americanos diarios, lo cual explica la razón por la que no han acatado la decisión judicial, se la pasan por sus partes pudendas y se burlan de todos los panameños, generando un daño irreversible sobre la garantía que debe proveer el Órgano Jurisdiccional acerca de la ejecución de sus sentencias, lo cual remarca que, la justicia solo es para los más pendejos.
Recientemente, se dió este derrame. pero en esa zona las autoridades panameñas no ejercen jurisdicción, es decir se trata de otra Zona, como la que tuvimos con el Canal, que afrenta cruelmente nuestra dignidad nacional.
Ha recrudecido en los últimos días una campaña publicitaria acerca de lo que ellos invirtieron para establecer las instalaciones mineras en general, pero un estudio de los informes contables que están obligados a emitir ante el gobierno de Canadá, da cuenta que la cacareada mayor inversión privada solo asciende a un poco más de 1,800 millones y no los 7 mil que, nos enrostra cada día, tratando de hacer pasar una gran mentira como si fuera verdad.
También ahora nos sacan que, ellos son muy generosos y que financian muchas obras sociales y hasta ecológicas, y cómo no podía ser y se apropian de nuestro patrimonio minero por más de 7, mil millones y a Panamá solo le queda el untado y los resultados del daño ecológico de toda la zona y sus fuentes hídricas en una acción deliberada de esquilmar y agotar o hacer que disminuya una fuente de riqueza por explotarla más de lo debido, cuyo único propietario es el pueblo panameño. Ser generoso con lo ajeno, no solo no tienen ninguna gracia, sino, representa un incremento a la burla del país.
El gobierno, me parece, se ha quedado corto con exigir a la empresa tan solo 16% de regalías cuando esa empresa se ha llevado como ganancia neta, casi cinco mil millones de dólares y ya ha cancelado todos los gastos de su real inversión. Panamá, ha tenido que llevar la deuda pública a casi 43 mil millones de dólares y el sector público a través de sus gastos e inversiones es el único que dinamiza nuestra economía en la actualidad, pero pagar el servicio de esa abultada deuda requiere la suma de cerca de cuatro mil millones de dólares anuales y debe quedar dinero para acometer un agresivo plan de generación de obras públicas que restauren nuestra condición económica. Todas estas circunstancias ocurren cuando Minera Panamá sigue despojando a la república de Panamá, de su multimillonario patrimonio.
¡Así de sencilla es la cosa!
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