Por Ramiro Guerra M.
Jurista y cientista político.
Enero de 2023.
Vivirlo es una cosa y otra sentirlo. Ambos duelen en el corazón de la patria. Los acontecimientos del nueve, diez…, de enero de 1964.
Nena, mi amada señora, vivía en San Miguel, Calidonia. Hoy a 59 años de la agresión estadounidense a la patria, llora cuando me cuenta que ella vio a los estudiantes marchar, cargando la bandera desgarrada y ultrajada por los estudiantes zonián del colegio de Balboa.
Los estudiantes institutores dieron un claro mensaje al mundo de que, no aceptábamos el enclave colonial, la presencia de un ejército extranjero en nuestro territorio y menos que nuestra posición geográfica fuera usufructuada por los Estados Unidos, todo lo anterior como si ellos fueran soberanos en esa parte del territorio panameño.
Panamá nunca renunció a su soberanía. Algunos juristas concluyeron que el tratado de la perfidia y del abuso, el tratado Buneau Varilla, no justificaba la instalación de un enclave colonial, como si fueran un país y estado independiente del estado nacional de Panamá. (Telma king, Aquilino Boyd, Alberto “Betito” Quiroz Guardia, Carlos Iván Zúñiga, Arellano Lennox, Cesar Quintero).
El pueblo panameño, generaciones de panameños, jóvenes e intelectuales, nunca aceptaron semejante condición. Todos, en su momento histórico, nunca dieron el brazo a torcer. Un solo territorio, una sola bandera, fuera las bases militares y el canal es nuestro, fueron el grito de lucha.
La jornada de enero de 1964, fue el punto síntesis de un proceso de acumulación de episodios patrióticos que vinieron a marcar el inicio de ruptura con todo ese andamiaje colonial impuesto a nuestro país, apadrinado por la sumisión abyecta de los clanes de la oligarquía, que justificaban semejante ultraje y arbitrariedad a la nación.
Ver a Nena relatar lo que ella vio, sus lágrimas, lo único que se me ocurrió decirle fue: tranquila, tus lágrimas son perlas de la dignidad.
Eventos que sectores antipanamá intentan, por múltiples medios, borrarlos de la memoria histórica. El zarpazo lo dieron cuando eliminaron de la enseñanza la materia de las relaciones de Panamá con los Estados Unidos.
Esos sectores de poder hacen hasta lo imposible, para que los jóvenes de hoy, no se empoderen de ese sentido de patria que caracterizó a los jóvenes del 9 de enero de 1964. La estrategia de esos clanes, lumpenizar a nuestra juventud. Sus medios mediáticos lo usan para tal perversidad e ignominia.
Hoy el sentido de patria, a pesar de la conciencia genuflexa, habrá de reverdecer. Como el ave fénix, alzará vuelo y la historia volverá sobre sus carriles de la dignidad y el sentido de identidad nacional. ¡Gloria eterna a los mártires de enero de 1964!
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