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Remembranzas de mi tío Rubén.|

Por: Valia Helena Sousa

El día de hoy 22 de enero de 2022, a los 98 años de edad parte con el Señor nuestro querido y respetado Rubén Darío Sousa Batista, un extraordinario hombre, que tuvo una extraordinaria vida, muy intensa, sacrificada y muy enfocada, diría yo que consagrada.

Quiero empezar este relato con mis vivencias, desde un punto de vista algo diferente, donde se pueda entender un poco más sobre la formación familiar del tío Rubén Darío.

Rubén Darío, nació en Alanje provincia de Chiriquí, el 25 de septiembre de 1923, hijo de Felicita Batista y Cleto Sousa, mayor de cinco hermanos (Catalina, Omayra, Fulvia y Cleto). Cuenta la familia que el apellido Sousa lo trajeron dos hermanos oriundos de Portugal, uno de ellos mi tatarabuelo llamado Cleto Sousa y que decidieron radicarse en Panamá. Mi abuelo, También llamado Cleto Sousa conoció a mi abuela Felicita Batista quien vivía en Alanje y posteriormente trabajó en las bananeras en Puerto Armuelles. Para ese entonces ya Rubén Darío conocía sobre las condiciones desventajosas de los trabajadores de las bananeras.

La familia también relata de la fortaleza de Doña Felicita, mujer luchadora y aguerrida quien recibía las fuerzas y el entusiasmo de nuestro creador, dicen que siempre leía las escrituras, ella sabía de las grandes promesas de Dios las cuales siempre fortalecieron su Fe.  Ella tomó la firme decisión de trasladarse a la ciudad de Panamá ya que quería educar a sus cinco hijos para que llegaran a hacerse profesionales y a pesar de todos los obstáculos que esto conlleva, se radicaron cerca del Parque de Santana, muy cerca de las oficinas del Partido Comunista de Panamá.

En 1943 Rubén Darío, comenzó a participar en movimientos estudiantiles y juveniles. En 1945 fue elegido secretario general de la Asociación Panameña de la Juventud. Ingresó al Buró Político del Comité Central del partido en 1948 y fue designado secretario general del Comité Central en 1951. Para esa época ser oposición a los gobiernos de turno resultaba ser muy riesgoso, a tal punto que eran encarcelados y algunas veces torturados, en otras amenazados con su desaparición física.

Cuentas mis tías, testigos de la angustia que esa represión significaba para la familia, que mi abuela siempre oraba, solicitando que Dios con su Justicia sacará a sus hijos (Rubén y Cleto, mi papá) de esa situación incierta, la cual se repetía innumerable cantidad de veces, ya que denunciaban la explotación sobre la clase obrera, los campesinos, los más débiles, también la lucha por la Soberanía de Panamá sobre la Zona del Canal.  Créanme que soy testigo que de todas los libró Dios, no puedo dejar de contar estos hechos en mi relato, ya que supe de otros que no corrieron con el mismo destino que los hermanos Sousa.

La persecución fue tan férrea en aquellos años que muchos se vieron obligados a salir del país, entre ellos Rubén Darío, quien estando en otra nación, en una ocasión se encontraba de pie junto a la ventana de su habitación y al decidir moverse entró una ráfaga de balas desde la calle, saliendo ileso de ese atentado.

Una de las lecciones que más me impresionó de todos esos acontecimientos es que aun en medio de tanta confusión y persecución tomaron la decisión sin resentimientos egoístas, de construir un Proyecto de Liberación Nacional para obtener nuestra Soberanía, conciliando a las diferentes fracciones políticas,  unificando fuerzas y desprendiéndose de todo protagonismo, convirtiéndose en héroes anónimos, con el objetivo de fusionarnos como nación hacia el gran objetivo: Recuperar nuestra soberanía sobre la Zona del Canal, en la cual ondeaba una sola bandera.

Rubén Darío Sousa Batista, escribió una serie de trabajos teóricos sobre los movimientos democráticos en Panamá y América Latina.

No podemos negar que para nosotros como familia fue muy duro ese sacrificio, ya que tuvimos muchas afectaciones emocionales por la incertidumbre de si los volveríamos a ver, pero también tuvimos el mayor privilegio de ser formados con el ejemplo más valioso de integridad, rectitud y entereza que se pueda tener.

Digo con certeza que la palabra de Dios que le leyó mi abuela se cumplió: “¡Qué alegría hay para los que tratan bien a los pobres! El Señor los rescata cuando están en apuros. El Señor los protege y los mantiene con vida; los próspera en la tierra y los rescata de sus enemigos”. Salmos 41:1-2

Dios siempre estuvo con Rubén Darío, los Planes y Propósitos de Dios se cumplieron en su vida, a sus 98 años Dios le regaló hasta el final una mente brillante. Sus hijos, nietos, bisnietos, sus familiares, compañeros y el pueblo panameño se quedan con un tremendo legado del verdadero amor a la patria.

Para finalizar quiero compartir que esta hermosa promesa de Dios se cumplió con Rubén Darío Sousa Batista: “¡Cuánto se alegra el rey en tu fuerza, oh Señor! Grita de alegría porque tú le das la victoria. Pues le diste el deseo de su corazón;  no le has negado nada de lo que te ha pedido.

Le das la bienvenida con éxito y prosperidad; le colocaste una corona del oro más puro sobre la cabeza. Te pidió que le preservaron la vida, y le concediste su petición; los días de su vida se alargan para siempre. Tu victoria le da mucha honra, y lo has vestido de esplendor y majestad.

Lo has dotado de bendiciones eternas y le has dado la alegría de tu presencia. Pues el rey confía en el Señor; el amor inagotable del Altísimo cuidará que no tropiece”.Salmos 21:1-7

Me despido con esta aguerrida frase “Hasta la Victoria Siempre” y con esta hermosa promesa de Dios para nuestro amado Rubén Darío: “Su Señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor”. Mateo 25:23

 

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