El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: José Dídimo Escobar Samaniego
Cuando el país ha perdido la dirección, y eso ocurrió desde hace bastante tiempo, nos toca buscar el sendero correcto y hacerlo sin demora.
Quienes pretendan convertirse en atalayas, en orientadores, deberán contar primeramente con un testimonio de vida que pueda garantizar que están movidos por un auténtico amor hacia la patria y hacia los panameños.
A muchos los mueve el orgullo y la jactancia de poder sentarse en el solio presidencial, no para servir, sino para servirse, como lo han hecho la mayoría de los inquilinos del gobierno.
Debe haber un espíritu de sacrificio muy profundo, que pueda comprender que la tarea que toca, es la de la reconstrucción absoluta y total del país, porque todos los muros yacen en el suelo y no podemos permanecer en tan angustioso escenario, sin esperanza ninguna.
A esta generación de panameños y especialmente a gente temerosa de Dios, nos toca asumir la tarea de implorar la Gracia del Altísimo y hacer la tarea para rescatar para las presentes y futuras generaciones; el Decoro, la Dignidad y la Decencia, que fueron arrinconados y excluidos por la avaricia y la corrupción que se enseñorea y aún siguen sin ser removidas.
¡Por un país decente y una patria para todos!
¡Así de sencilla es la cosa!
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