El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Eduardo A. Reyes Vargas
“El disoluto es un libertino tiene conductas desordenadas. Es habitual que actúe con desenfreno, sin condicionamientos de tipo ético y, en muchos casos, sin acatar órdenes legales.”
Sabiendo lo que es un disoluto, pasamos a realizar una breve reflexión.
Hay personas que han sido electas para ocupar puestos públicos con la misión de acrecentar el bien común a quienes se les puede catalogar de disolutos
Al tomar posesión de los cargos por los que han hecho juramentos de lealtad a sus ciudadanos y a la Constitución, en forma rauda y veloz, caen en ese hábito Solo les interesa hacer sus riquezas personales a costa de los impuestos de los ciudadanos.
Buscan vías alternas para “legalmente” respaldar sus delincuenciales decisiones. No les importa que su electorado o la ciudadanía en general estén atravesando grandes penurias económicas.
Hacen caso omiso al ver grandes filas de jóvenes buscando empleo a pesar de poseer sus títulos universitarios o de técnicos.
Para estos disolutos, la patria son ellos, sus amigazos y familiares. Lo demás no cuenta.
Las cacareadas políticas de austeridad gubernamental la usan como papel higiénico.
Están seguros que el poder es eterno. Que engaño.
No saben que a futuro podrán ser llevados a juicios por despilfarros o uso indebido del erario público.
Ven con indolencia la pésima educación pública, los deshumanizados servicios de salud, las vías públicas intransitables, la ausencia de agua, los malos servicios de electricidad, la muerte prematura de niños y adultos.
No les interesa, pues con sus “ganancias” lo tiene todo.
Estamos seguros que estas orgias de los disolutos terminaran tarde o temprano, como proyecta un mensaje bíblico.
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