
Por: Ramiro Guerra.
Jurista, Escritor Y Cientista Político.

La mayor parte de nuestros intelectuales, profesionales, no salen de las enredaderas que el sistema crea y recrea.
La crítica o el pensamiento que se deriva de una conciencia crítica, se conforma con la lógica de lo acomodaticio, no del cambio hacia la superación cualitativa.
Muy a pesar, que la realidad objetiva, provee las condiciones para una lógica del cambio o el encuentro de nuevos paradigmas, la hegemonía de las élites del poder económico, ha creado todo un andamiaje que gira en datos de seudo cultura o de alfabetización con énfasis en lo burdo, absurdo y de un ser predominante enajenado.
En este entramado ideológico, la conciencia crítica se enfrenta a un muro, no tan fácil ni sencillo de superar o quebrar.
Una especie de funcionalismo vulgar se impone y todo el ser- hacer del pensamiento muere en la orilla de una lógica formal acrítica.
Lo he escrito, la intelectualidad, tiene que romper con ese círculo, propio de la armazón de un cartón de rompe cabeza, donde de previo, lo buscado, ya está armado.
La conciencia crítica opera con un sentido y cálculo mas creativo.
La educación, está dada para proveer mas de lo mismo. Provee mas un realismo trágico, para que todo siga igual y no cambie.
Urge una mentalidad y conciencia crítica, que coloque la realidad en otros escenarios de cambios y calidad.
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El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.