(Testimonio Histórico)
Por: Amada Edith Andrade
Enero de 2023.
Como niña, sin medir el peligro fui a ver.
Qué tristeza para mi ver a un grupo de institutores que venían con nuestro pabellón rasgado y con sangre, marchaban hacia el entonces Hotel Tívoli. Lloré desconsolada por ver mi bandera ultrajada y mancillada.
Cuando detonaron desde el hotel varios tiros, (llamados por los zonians, balas de salva), regresé a la casa para contar la odisea. Ese día y a esa hora recibí de mi querida madre una ‘rejera’. Todo esto, por la inocencia de una niña: Amada Andrade, que jamás midió el peligro.
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