El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: La ciudadana emputada
Muchos se preguntarán por mi silencio. No fue a propósito ni muchos menos el haber sido vetada por Don José Dídimo. El caso es que hay tantos emputados en Panamá.
Comienzo, el contrato minero, el nuevo colonialismo que ha provocado, en los últimos meses, los golpes militares en África y en mi país emputado fuertes voces que piden su anulación.
La falta de agua para el funcionamiento del canal por el cambio climático; ahora, siento tanta sed, pero la botella de agua ha subido de precio, mejor espero la lluvia para cosechar el vital líquido. ¿Esta no fue una propuesta de campaña de Nito? Un punto para él.
O la Pato, quien en una ocasión dijo que, si deseaban el agua gratis fueran a beberla en los ríos o charcas. El problema que la doñita desconoce que los ríos están contaminados por las empresas manejadas por su oligarquía.
Debemos sumar el uso que le da la minera al agua para el lavado de minerales. Ni modo, que los Victorianos Lorenzos mueran por el cianuro, menos ciudadanos que protesten.
Me recordaron que ella toma agua gaseada, de esa producida en los manantiales de Europa.
Los emputados deben recordar que, con el despertar a la democracia impuesta por las bayonetas, el tío Bobby y otros más no trajo la redistribución de la riqueza. Todo quedó en manos de unos pocos y eso emputa. Y, las élites económicas perdieron el miedo a los militares, se habían impuesto con su democracia prostituida: El que sube paga y roba
Con la bendita pandemia, se produce otra sacudida emergieron con gran fuerza las movilizaciones, se emputaron de lo mismo, de la misma vaina: No hay medicina, no hay médicos, no ha enfermeras y hospitales agonizados.
El peor de todos los expresidentes, el que asumió el reinando por cinco años en la sede del Palacio de Las Garzas representado por los colares morado, rojo y amarillo, dejó en la desidia la Ciudad de la Salud, con el supuesto que castigaba a su ex jefe, pero a quien castigó fue a cada uno de los panameños. Para mí es un inhumano.
Y, ahora emputado porque no lo dejan ingresar a la tierra de Tío Sam y los chinos lo desconocen ¿quién es Valela? Que se consuele con Manuela.
La chavela se curó en salud. Ahora observa lo que nunca observó. Anda por los Suramérica. Dando lecciones de democracia.
Y, así pasan los años. De la Asamblea y sus bichos, comentaremos después.
Panameños míos emputados recuerden las lecciones de un comentarista durante la pandemia:
- Coman dos veces al día y no se quejen.
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