El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Miguel Montiel-Guevara
La antinomia capitalismo-socialismo incluye la democracia, producto histórico-cultural con gran arraigo espiritual. Hecha de exquisiteces adheridas a nuestro gen de la individualidad, del cual no es posible desprenderse porque junto con el gen de la solidaridad son la esencia de nuestra existencia. Son fuerzas motrices de la evolución de la humanidad. Desde la más nimia de libertades individuales hasta la más conspicua de colectivas son funciones puestas en el núcleo de nuestras células por esos genes. Las libertades democráticas resultan de la función de los genes de individualidad y solidaridad. Va contra la propia naturaleza suprimirlas. Otra cosa son la individualidad como ideología individualista y la solidaridad como parasitismo.La democracia defiende la empresa estatal y privada. El socialismo no excluye la empresa privada. Estatal y privada están insertas en el capitalismo y socialismo, los cuales se enfrentan en el cuadrilátero del mercado. El capitalismo supedita todo al interés individual primero y al colectivo después. El socialismo lo hace al revés.
La democracia no es exclusiva del capitalismo. Desde su origen las banderas de la Revolución Francesa fueron cuatro, no tres: libertad, igualdad, fraternidad y justicia social. Gracchus Babeuf, revolucionario precursor del socialismo, dirigió la Conspiración de los Iguales bajo la bandera de justicia social junto con las otras tres y defendió la revolución hasta su muerte en la guillotina. La burguesía sentía escozor con la consigna justicia social y arrió poco a poco esa bandera revolucionaria. Doscientos años después la democracia capitalista que forjó cojea, sin justicia social y reviva la desigualdad, mientras que la democracia socialista propugna las cuatro banderas originarias. Por eso ahora el capitalismo con su neoliberalismo es obsoleto.
Socialismo es el derecho de las personas nacidas y por nacer poseer como bienes colectivos las riquezas naturales de su país (tierra, petróleo, minerales del subsuelo, ríos, mares, playas, aire, agua, etcétera) que sin ninguna intervención humana Natura o si se es creyente Dios creó para todos los seres humanos, no solo para unos cuantos y… “los demás que se jodan”. Sea
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