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“Había una vez” en que el Tribunal Electoral fue timbre de orgullo

Por: Gonzalo Delgado Quintero

Como mediador, al Tribunal Electoral lo han convertido en una especie de árbitro de lucha libre. El juez de este tipo de lucha, no se caracteriza tanto por mediar el encuentro sino que a veces incluso es parte del combate casi siempre arreglado. Se hace el distraído y cuando debe, no hace el conteo o lo aplica lentamente, permite que el favorito dé golpe bajo y no lo descalifica. No es una figura neutra y de antemano es parte de un espectáculo cuyo resultado está predeterminado, sabiéndose con antelación quién ganará.

Pero el caso del árbitro de lucha libre es distinto al del tribunal. A este seudo mediador del ensogado, después de terminado el combate desaparece del escenario y todos, incluyendo al público asistente, saben que ese fue su papel. He visto luchas en donde éste, más que juez, personaje de ese teatro, queda tendido en la lona, noqueado por uno de los luchadores y no pasa nada en lo absoluto, porque incluso su estado de inconsciencia es fingido.

Sin embargo, con el Tribunal es distinto, diría que hasta peligroso. El TE tal y como ha quedado a partir de lo que hemos leído de lo aprobado, atenta contra la democracia real. Ojo señores, acaso se han preguntado qué pasará con todo este mamotreto, cuando el tema electoral se hace vulnerable y se abre un boquete para que cualquiera con o sin razón pueda descalificar los resultados de cualquier comicio. Se observa en el cuestionamiento que hace mucha gente, como resultado de lo que hoy evidencia la imposición de cambiar para peor la ley, donde solo se asegura casi que con patente de corso, el filibustero asalto que se está dando contra esa institución y que añade aún más tachones a una carta de presentación que contrario a lo que creíamos de la presente gestión, parece regarse en una rampante coimearía extendida en otras instituciones y en la desmarcada corruptela que deviene en el escenario electoralista, abriendo un gran portillo a través del cual se introduce la mano peluda de la injerencia incontrolada del patrocinio electoral del poder económico e incluso del narcotráfico que da cobertura y ofrece la oportunidad ahora institucionalizada, al clientelismo perverso y la narcopolítica.

Es preciso recordar que la democracia en estos tiempos debe ser participativa y que no se trata de ninguna manera de sobreproteger los intereses económicos de nadie, sacrificando el desarrollo social. Lo que ha pasado con el Tribunal Electoral es una burla al esfuerzo de concertación del diálogo del Bicentenario. Es una total falta de visión de quienes tienen en sus manos la sagrada responsabilidad de hacer las cosas bien y no las hacen. O quizás al final es una conspiración encubierta que busca destruir el país y convertirlo en un Estado fallido.

¿A quién se le está haciendo el favor cuando sin consulta de ninguna clase, la republiquita del Canal de Panamá, a espaldas del pueblo y violando el Tratado Torrijos-Carter, admite que los ingenieros militares del ejército norteamericano ahora sean los que controlen las aguas de la vía acuática, precisamente cuando el tema del agua es uno de los principales  objetivos estratégicos a nivel global para las grandes potencias, así como los son el petróleo, el gas, la tecnología y las nuevas energías emergentes. Además, no es raro que debido a la salida de los soldados gringos del medio oriente con el rabo entre las piernas, ahora vengan a ocupar posiciones geográficas en América Latina, donde Panamá es punto geoestratégico.

Por tanto, lo que hicieron con el Tribunal Electoral, que nos puede reventar en la cara, nos parece muy sospechoso cuando esta institución más bien debe ser fortalecida. Amanecerá y veremos, pero además rogamos que debido a esta falla del TE, que es soga para nuestro pescuezo, no se produzca una convulsión social que sirva de excusa para una nueva intromisión de parte de Estados Unidos en Panamá, mientras nos desangramos. Este esquema de conflicto, ha sido aplicado en otras latitudes, incluso cercanas.

El autor es periodista y escritor

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