9 DE ENERO

(mi nota suelta)

 

Por: Abel D. Comrie Ortega

Roberto Chiari, Presidente de la República en 1964, pertenecía a una de las cinco familias más ricas de la época. Sus negocios, dentro de la mentalidad transitista de la burguesía nacional, estaban íntimamente ligados a la Zona del Canal y la proveeduría de productos y servicios.

Debemos recordar, que antes del 9 de enero, no había ocurrido nada con la misma gravedad. Lo más parecido ocurrió en 1920, cuando el pueblo se alzó una noche, antorchas en mano, para rechazar la demanda gringa de la isla de Taboga. Belisario Porras siendo presidente en 1918, rechazó la solicitud gringa de la entrega de la isla de Taboga. Ernesto T. Lefevre, presidente en 1920, recibió al general Pershing con bombos y platillos y se aprestaba a entregar la isla, de no ser por la acción decidida del pueblo, aquella noche del 22 de mayo de 1920.

Todo fenómeno histórico y la conducta de sus protagonistas, debe verse siempre, dentro de la cientificidad del materialismo dialéctico. Porras, pertenecía a la oligarquía del sector primario; Lefevre, a la burguesía transitista. He allí la diferencia de posturas entre uno y otro.

Igual que en 1920, el 9 de enero de 1964, la oligarquía representada por Chiari se vio obligada a romper relaciones diplomáticas con los gringos. Sabían perfectamente que de no hacerlo, habrían sido rebasados por el Movimiento popular, dispuesto a inmolarse y que ya se inmolaba.

Estando en Bogotá en los años 90 y en medio de acalorados debates que tuve que enfrentar respecto al triángulo USA/PANAMÁ/COLOMBIA, expuse la postura panameña en aquel suceso de 1964. El profesor Penagos me “aconsejó“ que fuese a la biblioteca de la cancillería, donde encontraría los anales de ese suceso bajo las perspectivas colombianas.

Así lo hice y en efecto, al ver las memorias diplomáticas, se constata que era PANAMÁ, el que estaba más urgido a restablecer las relaciones diplomáticas que los propios gringos. Claro, mientras no se restablecieran las relaciones diplomáticas, la burguesía y la oligarquía panameñas, NO PODÍAN FACTURAR a la Zona del Canal.

Esa ha sido la constante, incluso durante nuestra “separación” de Colombia. Los invito a escuchar, si nunca lo han hecho, la grabación de la conversación telefónica que sostienen Chiari y Johnson por razón de los acontecimientos. Chiari más bien parecía un empleado pidiendo perdón por lo que había hecho.

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