El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Gonzalo Delgado Quintero
También conocida como “dama de día y puta de noche”, la Flor de Puta, mantiene su floración con breves intervalos, casi todo el año. Pero el sugestivo nombre aplicado a esta flor, parece guardar semejanza con las otras flores de trazumar artificial, cuyo elegante y bonito caminar solo es el distintivo que marca sus malos pasos andariegos.
La presencia de esta flor se identifica con la noche, cual si fuera una función de exhibición nocturna. Con su fragancia inconfundible, se vuelve cortesana del olfato y su presencia esplendoroso, meretriz de todas las mejores miradas que asombradas, se extasía con su belleza, sobre todo, en esas noches estrelladas, después de un día completo de lluvia.
Es tal la semejanza entre las meretrices y estas flores, que de allí el nombre, porque la representación en ambos casos, siempre nos lleva a esas noches de ensueños y fantasías; cuya contemplación ha de ser solo, bajo la luz artificial. Simplemente, captarlas en su esplendor, es solamente posible en la oscuridad. Y aunque nuestro parecer nos pueda engañar, la experiencia indica y así se impone, que de ninguna manera es verosímil, que el amanecer suponga la probabilidad de verse a la flor y a la puta más bonitas con luz natural, porque a esas horas del día ya estarán dormidas y cerrados sus pétalos marchitos a esa posibilidad.
Esta planta de la aromática Flor de Puta, una flor llamativa, similar a una campanilla, es de la familia de las berenjenas, el tomate verde y la burundanga, de esta última se obtiene la escopolamina que es un extracto conocido como la droga de la voluntad, que por sus efectos, deja indefensa a la persona a la que se le aplica, sin fuerzas y en un estado de somnolencia y sonambulismo.
Otra semejanza de la Flor de Puta, en su conducta noctámbula de solo aparecer en la oscuridad, se observa con algunos personajes del mundo económico, político y social. Personas que andan de noche y duermen de día. Salen de noche y se esconden de día. También, con otros personajes que parecen drogados por la escopolamina de la burundanga, que no tienen la voluntad para mover un solo dedo a favor de nadie, a pesar de estar ganando altos salarios y de tener las suficientes capacidades de ayudar.
Este artículo lo escribí después de la llamada que recibí de mi amigo, pariente y copartidario Pablo E. Quintero, quien me ha manifestado con mucha frustración su decisión de renunciar al partido. Mi escrito quizás de manera metafórica, aunque no tiene ninguna intención de ofender a nadie, sin embargo, sí contiene una profunda preocupado por la gran decepción de muchos compañeros que me comunican su inconformidad por lo que observan. No se ve en lo inmediato, ninguna respuesta en concreto ni para los miembros de base del partido y en general. Eso es preocupante.
Resolver a la gente debe ser un esfuerzo de todos, de cada quien, en nuestro ámbito de posibilidades, no es solo un tema del Presidente o del gobierno solamente, es un asunto de Estado. De los empresarios, que en vez de estar botando a sus colaboradores para re contratarlos después por la mitad del salario, deben aportar más y no ser una carga y actuar con mayor seriedad, respetar el código de trabajo y la relación laboral de sus trabajadores; pero además, deben ser capaces de crear nuevas plazas de trabajo.
Por su parte, en las instituciones la tramitología debe ser más ágil y no seguir coimiando descaradamente. No poner trabas innecesarias, agilizaría la dinámica económica de proyectos que crearían mano de obra, ya.
Al fin y al cabo nadie niega el agradado que produce la fragancia, los colores y la conformación de la Flor de Puta todas las noches, eso está bien, pero la presencia de otras flores también debe ser evidente en las horas del día, las 24 horas, todos los meses del año. Además, de día es cuando nuestras capacidades podrán recuperar con el abono regado por nuestras manos, la exposición en todo su esplendor, ese gran jardín, que con toda la gama multicolor de su floración y su verdor refulgente, se llama Panamá.
El autor es periodista académico y escritor.
2 Hay varios Likes:) Gracias...
