Por: Ramiro Guerra M.
Jurista, escritor y cientista político.
Siempre me he distinguido al escribir, procurar la objetividad y por ello, mis narrativas en el plano de lo social y la política, suelen ser críticas. Creo en el disenso democrático como un elemento esencial de una sociedad que se precie de democrática.
Hemos estados de manera permanente bajo el asedio y ataque del gobierno de Donald Trump, amenazándonos con quitarnos el canal. Para claridad esta amenazas lleva implícita una intervención militar, en tanto que los panameños y cualquiera que sean los gobiernos, no cederemos en esa pretensión de USA, de apropiarse del canal es nuestro y somos único y soberano en dicha vía acuática.
Mientras el sr. presidente señala que en su gobierno, él es el único que puede hablar sobre el tema, el presidente Trump, se apoya en todo su gabinete y dignatarios militares, para que se hagan eco de esa perfidia e irracional de que el canal le pertenece y no solamente eso, se vale de su poder mediático para que el mundo compre esa mentira al igual que los influencer.
En estos días, el economista neoliberal, Andrés Oppenheimer, en la televisión CNN, atacó duramente a la junta directiva de la autoridad del canal.
Una pelea de tigre con burro amarrado, es la sensación que nos deja este affaire, canal de Panamá y las pretensiones absurdas de Trump.
Como hacerle entender al presidente, que el tema de la soberanía y el canal, debe ser abordado desde una perspectiva democrática, del pueblo.
Nuestra constitución es clara, la soberanía descansa en el pueblo.
Desde un comienzo, que se inició la campaña de Trump, escribí, se trata de un asedio, que demanda la participación de toda la nación. Se trata de un tema y situación que no puede ser de manejo unilateral del señor presidente.
Vengo observando, que la venida de Marcos Rubio a Panamá, con su agenda trumpiana, le ha generado vía imposición muchos de los contenido de la agenda, que conversó con el presidente panameño.
Ejemplo, la exigencia de sacar a la empresa que administra los puertos de Balboa y Cristóbal.
Resulta que después de décadas, a iniciativa de algunos profesionales del derecho, el procurador de la nación, pide a la Corte Suprema que declare inconstitucional el contrato entre la nación y Panamá Port.
Conjeturando, lo anterior pareciera indicar, que el objetivo es sacar a Panamá Port y reemplazarla con empresas portuarias de los Estados Unidos.
Ahora entiendo el porque Marcos Rubió, dijo, que Panamá tenía que apresurar el paso sobre temas conversado en forma privada.
Volviendo al tema del canal, nos preguntamos el por qué el temor de enfrentar democráticamente, es decir con el pueblo, esas amenazas de Trump?
Resulta trágico manejar este conflicto, desde una perspectiva individual, excluyendo al pueblo. Nadie está planteando agarrar las armas. Sino, hacerle comprender al gobierno de los Estados Unidos, que hay un pueblo movilizado por la defensa de su soberanía.
Insisto, que esa estrategia de que yo soy, el que manejo estas contradicciones, nada bueno augura para la integridad y la soberanía nacional.
Ojo, hay sectores, que sin querer queriendo, están anuente a prestarse para los intereses gringos y no dudemos, son capaces de entregar el canal. «son los mismos que se quieren apropiar de la caja del seguro social»
¡Basta de concesiones oprobioso a los Estados Unidos!.
¡Basta de entregar la soberanía panameña!.
Panamá es soberana. No hay nada que hablar, menos cuando se quiere justificar o perseguir objetivos, que denigran la dignidad de los panameños.
Exigimos transparencia y nada de secretismo.
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